Lo condenan a 3 meses de cárcel por desobediencia tras haber amenazado a agentes de la Policía
Un joven reconoció en un juicio celebrado esta semana ser el autor de un delito de desobediencia a la autoridad. Lo hizo para pactar una conformidad y que se le rebajara la pena solicitada. “Señoría, esta es la primera vez que entro en un juzgado, que voy a los calabozos, y será la última”, aseguró a la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. “Yo no soy problemático”, sostuvo. Según la acusación, hizo caso omiso a las indicaciones de la Policía y reaccionó con amenazas y golpes a los agentes.
Tras admitir los hechos por los que estaba acusado, el joven fue condenado a la pena de tres meses de cárcel y la fiscal retiró la acusación por un delito de amenazas. Inicialmente se le reclamaba una pena de un año de cárcel, ya que se le imputaba un delito de resistencia a la autoridad.
Aunque finalmente reconoció ser el autor de un delito, el encausado también afirmó que no había dicho “ninguna palabra mala” a los agentes que lo denunciaron.
Los hechos que llevaron al procesado a los tribunales de Melilla tuvieron lugar en torno a las 6:30 horas del pasado 9 de septiembre. Sucedieron en el Puerto Noray, donde la Policía Nacional se personó para detener una riña tumultuaria que se estaba produciendo.
Golpea a los policías
Según se expone en el escrito acusatorio, los agentes, en su intento de poner orden a la situación, hicieron señas al encausado a las que desobedeció. El procesado, por el contrario, reaccionó respondiendo en tono agresivo. “Yo soy de Melilla, me voy a quedar con vuestras caras y cuando os vea os voy a matar”, fue lo que dijo. “Que yo soy un morube”, les declaró el encausado, como reconoció en la vista.
El joven llegó a golpear a los agentes, según se recoge en la denuncia, aunque no causó lesiones a los policías.
No irá a prisión
El individuo se librará de ir a prisión, ya que carecía de antecedentes penales. No tendrá que cumplir los tres meses de cárcel puesto que la fiscal no se opuso a la suspensión de su ingreso en prisión. No obstante, si en los próximos dos años volviera a delinquir, no se libraría de ir a la cárcel.
La magistrada le apercibió de que, en el caso de que cometiese otro delito en este periodo, se le revocaría la suspensión de la pena y tendría que cumplir la condena derivada de este delito, además de la correspondiente al siguiente acto delictivo.