España asume, a partir del día 1 de julio y hasta el 31 de diciembre, la Presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE), que va variando de forma rotatoria cada seis meses entre los países que la integran. Algunos asuntos de los que hay que tratar afectan de manera particular a la ciudad autónoma, especialmente aquellos que tienen que ver con las relaciones con Marruecos. Y quién mejor para hablar de ello que el director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría.
Para el también doctor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ya está prácticamente “todo definido”, por lo que, aunque en las elecciones generales del próximo día 23 de julio haya un cambio de Gobierno en España, no va a afectar demasiado.
Respecto a las relaciones entre la UE, España y Marruecos, Echeverría prevé un arranque de presidencia “movido” debido a la no renovación del acuerdo pesquero -“que todo indica que no se va a firmar”-, pero, sobre Melilla y Ceuta, tampoco espera “grandes decisiones, ni grandes cambios”, ya que tampoco espera que signifique “gran cosa” para ambas ciudades y se mantiene a la expectativa sobre las exigencias que se quieran poner sobre la mesa “para evitar que Marruecos siga jugando con nosotros”. En su opinión, lo importante es marchar una política “más exigente que la actual, que no lo es en absoluto”, aprovechando la Presidencia y que “a Marruecos le interesa mucho que sus relaciones con la UE fluyan bien y de forma tranquila”. “Ahí tiene España un buen asidero para ejercer presión”, afirma Echeverría.
Lo que sí puede variar, aunque no sea en el ámbito estrictamente europeo, es la posición española sobre el Sáhara Occidental, que el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, varió para abandonar la tradicional postura y abrazar la autonomía de la región dentro de Marruecos. Echeverría dice que, si gana el Partido Popular (PP), España puede retomar su neutralidad sobre un territorio del que es potencia administradora. Para Echeverría, “sería bueno para nuestras relaciones con Argelia y una complicación más que añadir a las relaciones con Marruecos, pero, como con Marruecos tenemos tantas complejidades y tantas dificultades, sería simplemente una más”.
Además, según el director del Observatorio, es algo que se puede hacer, puesto que, a fin de cuentas, “lo que hay encima de la mesa es una posición del presidente del Gobierno, no del Estado español como tal, ya que no ha intervenido el Parlamento y no hay un cambio jurídicamente vinculable, por lo que un nuevo presidente podría perfectamente cambiarla, con la ventaja, además, de que volver a la posición anterior le permitiría tener el apoyo de prácticamente todas las fuerzas políticas”.
En su opinión, y pese a los acuerdos alcanzados en la Reunión de Alto Nivel (RAN), “la concesión de Pedro Sánchez no ha saneado las relaciones con Marruecos, y la prueba evidente de ello, más allá de que se haya reducido el flujo de inmigrantes irregulares, que indudablemente constituye una buena noticia, es la actutud de Marruecos con respecto a los territorios españoles en el norte de África”.
Así pues, para él, ese cambio con un posible nuevo Gobierno “sería una buena noticia” y Echeverría confía en que, si se da dicho cambio, esta sea una de las decisiones que se tomen.
De hecho, en contra de lo que se pueda pensar, en su opinión, las ciudades autónomas también se beneficiarían si España retomara su posición de neutralidad con el Sáhara, porque, incluso si hubiera “medidas de retorsión” por parte de Marruecos -algo esperable tanto en los términos generales que marcan su relación con España como en lo que se refiere a Melilla, Ceuta, los peñones y las Chafarinas-, “lo cierto es que ya estamos acostumbrados a eso”.
Por lo tanto, asegura Echeverría, “hay que estar preparados y, a la vez, ser proactivos”. En otras palabras, “hay una serie de riesgos que tenemos que asumir y lo que tienen que hacer las ciudades es fortalecerse ara que, frente a vaivenes debidos a este escenario y la posibilidad de que haya medidas de retorsión, lo podamos afrontar de la mejor manera”.
La conversación fluye y los asuntos van y vuelven como el agua de una piscina a través de la depuradora. Retomamos Melilla y Ceuta. Echeverría cree que la Presidencia española, pese a que no implique grandes decisiones ni grandes cambios, “puede beneficiarles, y mucho”, ya que “las ciudades necesitan de más Estado y de más compromiso de la UE” y, si como compromiso de más Estado existen los planes estratégicos, “un punto de apoyo adicional importantísimo, imprescindible y obligado es el de la UE y ahí la Presidencia de España puede impulsarlo”.
En este sentido, el director del Observatorio de Ceuta y Melilla recuerda una de las iniciativas lanzadas por este organismo, como es la instauración de algún órgano de la UE en los territorios españoles del norte de África para darles “una mayor visibilidad” y para dejar claro que, “aparte de suelo español, es suelo europeo, comunitario”. Y, sobre todo, cree que valdría como “aviso a navegamtes” hacia Marruecos, que está interesado en bilateralizar la cuestión y que esta quede al margen de sus relaciones con la UE. Eso sí sería una gran decisión, un gran cambio.
Y es que, en un momento “complejo” que está atravesando la UE actualmente debido a la guerra de Ucrania y otros “motivos de distracción” para que los esfuerzos se dirijan a otras latitudes, más hacia el este, “España tiene que barrer para casa”, opina Echeverría. “España tiene que ejercer la presidencia pensando también, y en primer lugar, en el interés nacional, que es lo que hacen todos los estados miembros cuando presiden”, explica, antes de diferenciar el Consejo de la Comisión, que sí que “tiene competencias supranacionales y busca el interés general de la UE”.
Al respecto, el director del Observatorio de Ceuta y Melilla considera que tanto las autoridades de ambas ciudades como los medios de comunicación “tienen que ser muy exigentes con el Gobierno para que, durante su Presidencia, esos rincones del territorio nacional que son muy vulnerables estén muy bien tratados y se focalicen mucho los esfuerzos”.
En cualquier caso, la Presidencia da una fuerza extra al Gobierno español frente a Marruecos, sobre todo, concluye Echeverría, si se le recuerda que, además de ser estado miembro de la UE, durante estos seis meses estará en manos de España “la gestión de los tiempos y de las iniciativas”.
Preguntado sobre el hecho de que, durante la presentación de las prioridades de la Presidencia de la UE, el pasado jueves, a cargo de Pedro Sánchez, en el mapa Melilla y Ceuta resultaran difícilmente visibles, Echeverría cree que “una señalización más clara habría ayudado, sobre todo cuando se está insistiendo ante Bruselas de que este es un asunto también de la UE”. Sin embargo, confía en que, “aunque los cinco territorios sean casi invisibles en el mapa general, el empeño de nuestros gobernantes por ponerlos siempre sobre la mesa podria compensarlo".
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