Nayat, la madre de la pequeña de cuatro años que falleció en el accidente de tráfico cerca de Nador, se recupera de sus heridas junto a sus otras dos hijas, de 9 y 14 años, que se encuentran en el Comarcal.
Miriam, la niña melillense de 4 años que en la madrugada del pasado lunes perdió la vida en un accidente de autocar en la carretera de Afsou, cerca de Nador, fue enterrada ayer en el cementerio de esta localidad marroquí junto a dos familiares más que también fallecieron en el mismo accidente de tráfico. Su madre, Nayat, explica con resignación y con una entereza que resulta sorprendente: “Así es mejor. Era mucho papeleo para traerla aquí, y allí, al menos, descansa con mis dos primas. Además, sé que está en el cielo, porque era muy buena. Ahora ya es un ángel”.
La pequeña Miriam era la más pequeña de los ocho familiares que desde Melilla y Nador viajaron el pasado sábado a la boda de la hermana de Nayat que se celebró en Casablanca.
La desgracia se cruzó en el camino de regreso de esta familia. Fue en la madrugada del domingo, cuando estaban ya muy cerca de llegar a su destino después de haber celebrado por todo lo alto el feliz acontecimiento.
Un accidente de tráfico acabó con la vida de la pequeña Miriam y con la de dos familiares más, dos primas de Nayat, una que había venido desde Alemania para asistir a la boda y otra natural de Nador y donde tenía su residencia.
Pero además, en este accidente, Sofía, de 14 años y hermana mayor de la niña fallecida, sufrió la amputación del brazo izquierdo a la altura del hombro; Nuria, de 9, la mediana, también tiene heridas de consideración, una de ellas un traumatismo en el codo, y Nayat, la madre de las tres pequeñas, sufre igualmente heridas importantes es su pierna derecha. “Está como quemada de arriba a abajo, supongo que por el accidente”, confesó ayer en declaraciones a El Faro.
De hecho, todavía no es muy consciente de todo cuanto ha sucedido. “No sé muy bien qué ocurrió ni cómo he llegado aquí ni nada de nada. Ni siquiera me creo que Miriam esté muerta. Sí sé que una de mis primas ha muerto porque yo la vi. No se movía. La otra también sé que ha muerto aunque a lo mejor se le podría haber salvado porque yo la vi moverse a pesar de que tenía la cabeza bajo el autobús; pero lo de mi hija, no me lo creo, no lo he visto y todavía la siento aquí”, explicó Nayat.
Ayer esta mujer pasó buena parte de la mañana en el quirófano, donde le siguieron haciendo curas en su pierna derecha. Cuando llegó a su habitación recibió la noticia de que iba a ser trasladada a otra más cercana a la de sus hijas, porque las tres no caben en una. Cuestión que sin embargo, de momento, no la inquieta. “Aquí en el hospital se están portando muy bien con nosotras. Además, hay mucha familia que ha venido a atendernos, incluso mi hermana, la novia, que se ha trasladado desde Casablanca. Prefiero que estén con ellas y las atiendan”, comentó.
Sin embargo, y dirigiéndose a uno de los familiares que deja su habitación para ir a ver a las niñas le suplica, por favor, que tenga cuidado y recuerde “que ellas no saben nada. Ten cuidado con lo que hablas que no quiero que se enteren de que su hermana pequeña ha muerto”.
Pero a pesar de que este es su mensaje para todos cuantos preguntan por las pequeñas y acuden a su cuarto para interesarse por ellas, sabe a ciencia cierta que, al menos, la mayor de las dos, Sofía, es consciente de todo cuanto ha pasado.
“Yo estaba medio dormida y ella, que iba despierta, sabe lo ocurrido. De hecho, antes de que me dijeran que Miriam había muerto, ya me lo había dicho Sofía. Ella cuenta que vio a su hermana con la cabeza aplastada y que no se movía. Dice que estaba como dormida. Yo, como no lo he visto, todavía no me lo creo”.
En su relato de los hechos, que según aclaró “algunos me los ha contado Sofía porque yo me desmayé; todo sucedió muy deprisa. Recuerdo estar buscando a mis hijas con la vista, porque no podía moverme, y también soy consciente de haber empujado a un hombre que iba a pisar a una de mis primas. No sé de dónde saqué fuerzas para levantarme y empujarle, porque ahora no puedo ponerme en pie. Curiosamente ese hombre era el que está aquí en este hospital”, afirmó.
“También recuerdo –siguió explicando Nayat– que llamé al 112, que pensé que no iba a funcionar en Marruecos; pero sí, respondieron al otro lado y me preguntaron dónde estaba y que había sucedido. Otra imagen que tengo en mi cabeza es la de la herida de mi hija mayor y como yo pedía auxilio para que la atendieran y también de Nuria, la mediana, que se quejaba mucho de su brazo. Sofía parecía estar calmada y lo único que hacía era dar vueltas alrededor. También soy consciente de que apareció un hombre y se quitó la camisa para tapar las heridas de las personas que estaban a mi alrededor. Además, fueron muchas las mujeres que acudieron hasta donde ocurrió el accidente y fueron ellas las que nos atendieron hasta que llegaron las ambulancias”.
De cómo sucedió el accidente no recuerda nada. “Sólo sé lo que me ha dicho mi hija mayor, que al parecer el conductor atropelló a una persona, entonces perdió el control y fue cuando empezamos a dar vueltas de campana. Todo lo demás está como en una nube. Sé que me llevaron a un hospital de Nador después de esperar casi una hora y media a que llegaran las ambulancias; que me llevaron al hospital en compañía de mi hija Sofía y otras personas que iban sentadas con la cabeza aplastada o que les faltaba una oreja y poco más”.
Tampoco recuerda cómo llegó a Melilla, aunque sí que en el hospital marroquí donde fue trasladada en un primer momento dijo que no la pasaran a quirófano ni a ella ni a ninguna de sus hijas, que todas eran españolas y que por tanto las iban a llevar a Melilla. “A mí me curaron la pierna, me pusieron mercromina y me hicieron una radiografía y sé que también curaron a Nuria y Sofía, a quien pasaron al quirófano a pesar de que yo decía que no lo hicieran. Ya no recuerdo nada más hasta que desperté aquí”, indicó.
En varias ocasiones interrumpe sus palabras para atender a alguno de los familiares que han venido a verla y que sobre todo están en la habitación de sus hijas, donde además remite a casi todos. Ahora mismo es su preocupación mayor. “Yo no puedo estar mal. Ellas me necesitan. Miriam era muy especial, muy querida por todo el mundo y todos vamos a notar su pérdida”, manifestó.
17 muertos en otro accidente de autobús
Un nuevo accidente de autobús tenía lugar en la tarde de ayer en Marruecos, en esta ocasión en la línea que une Agadir e Esauira, que se cobró la vida de 17 personas, dos de ellas de origen alemán y holandés. Según la agencia oficial MAP, además resultaron heridas otras 29 personas. El el segundo accidente ocurrido en el país vecino en menos de 48 horas donde se ha visto implicado un autobús y que en el total ha supuesto la muerte de 30 personas y más de 60 heridos, de los cuales casi una veintena está en estado grave.
“¿Qué pasará cuando me den el alta?”
Junto a la preocupación por atender a sus hijas y por recuperarse, Nayat no puede quitarse de la cabeza qué va a pasar con ellas cuando les den el alta. “No sé cuándo será. Me han dicho que hasta que nos pongamos bien”, pero entonces no sé que voy a hacer. Estoy en trámites de divorcio después de 17 años casada con un español. Mi marido no trabaja y no tiene dinero para pasarme. Sólo cobro 350 euros de ayuda y no tengo una casa donde vivir. Se que puedo ir a casa de mis familiares a Nador, pero si tengo que venir a Melilla todos los días para atender a mi hija no sé cómo voy a hacerlo”.
Nayet explica que ya ha acudido a las Consejerías de Fomento y de Bienestar Social a plantear su caso. “Vivíamos en un piso de alquiler que se quemó y desde entonces estamos de aquí para allá, en casa de unos y otros. Sé que la situación es difícil y si pido ayuda es para mis hijas. Yo tengo la tarjeta comunitaria, pero ellas son españolas”
“La gente se ha portado muy bien”
Nayat tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que desde la madrugada del pasado lunes se han ocupado de ellas y de sus familias.
“Primero en el lugar del suceso, donde muchas personas acudieron a socorrernos, sobre todo mujeres, y fueron las que en primera instancia nos atendieron”.
Además, y contradiciendo las primeras noticias que señalaban que la gente que llegaba hasta el lugar del suceso se llevaba las pertenencias de los heridos y fallecidos, tanto Nayat como Mohamed explicaron que ellos no lo vieron. Incluso, Nayat comentó que todas sus maletas se las habían llevado hasta el hospital marroquí.
Precisamente para el personal de este centro sanitario, y para el del Comarcal tuvo también palabras de agradecimiento “por lo bien que nos han atendido”.
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