Saliendo por la puerta grande

Una plaza de toros alberga muchos más espacios que el albero o las gradas, sino que se lo pregunten a los 45 niños de las colonias urbanas de La Salle, que ayer tuvieron la oportunidad de conocer la Mezquita del Toreo.

Divididos en tres grupos, visitaron, acompañados por sus monitores y guías del coso aquellos espacios que normalmente no están abiertos al público. Desde el palco de presidencia hasta la sala de enfermería conocieron todos los rincones de la plaza de toros.
Gran curiosidad causaron los corrales y chiqueros. Con el permiso de la guía no dudaron en entrar en uno de los compartimentos en el que se encierran a los toros antes de empezar la corrida. "Pero cómo llega el toro a esta habitación", se preguntó uno de los niños en voz alta. La guía no tardó en dar respuesta: "Los toros llegan a Melilla en barco porque en la ciudad no hay. Los guardan en cajones muy grandes y durante su viaje no pueden ni comer ni beber, provocándoles estrés y pérdida de peso. Esto les provoca ser más agresivos, dificultando así el desembarque del mismos para ser ubicado en los corrales", dijo. "Para hacer más fácil la labor utilizan mangueras de agua fría, tranquilizando así a los toros", señaló.
Además aprendieron que los toros de adjudican a los diestros mediante una rifa. "En el sorteo debe estar presente el presidente del festejo. Durante el mismo se establece el orden de lidia de los toros mediante bolas de papel. Es un acto público y todos los aficionados que quieran asistir puedan hacerlo", explicó.
Conocieron también la historia de la plaza. "Fue el alcalde Don Rafael Álvarez, quien en 1946 en cargó la construcción de la plaza a un equipo de arquitectos: Blond, Sainz de Vicuña, Cristos, Faci y Varela. Los trabajos comenzaron a principios del año 1946 y se inauguró el 6 de septiembre de 1947, aunque antes de su inauguración ya se habían celebrado dos festejos", contó.

Salida al ruedo
Tras la teoría, llegó la práctica y los niños pudieron observar la plaza, desde la perspectiva de un torero. Bajaron al ruedo y con un carretón de entrenamiento practicaron el 'trasteo', 'los pases de tirón' y el 'macheteo'. Hicieron de toro y de torero.
Un pequeño grupo de chicos dijo, que no le interesa el mundo del toreo y que les gusta mucho más el fútbol. No obstante, reconocieron que valió la pena asistira la visita aunque sólo fuese por salir un día por la puerta grande.