Braim fue el autor del segundo gol de su equipo, siendo al mismo tiempo el jugador más destacado de los azulones en el encuentro de ayer sábado frente al Torredonjimeno.
El conjunto de Aloisio suma tres puntos de oro que valen para poner tierra de por medio con el descenso
El River Melilla sigue mostrando su fortaleza en casa donde solo ha perdido tres de los 16 partidos que ha disputado. Los de Aloisio han sumado 29 puntos en los encuentros que ha ejercido de anfitrión, fruto de las ocho victorias y cinco empates que ha cosechado ante su fiel hinchada, que ayer volvía a marcharse satisfecha a pesar de la intempestiva hora del partido y del calor reinante en el coso federativo. Y no es que lo tuviera fácil, porque enfrente tenía a un equipo experimentado que intentó jugar sus bazas para salir airoso del envite, además de estar dirigido por un perfecto conocedor de este deporte como es Manolo Chumilla, ex del Real Jaén y Valladolid. El conjunto norteafricano da un paso importante en sus pretensiones de mantener la categoría y lo que es más importante: parece que no le tiembla el pulso a pesar de la zona delicada en la que se está desenvolviendo en este tramo final de temporada. La primera mitad fue bastante igualada en cuanto a juego y ocasiones. No hubo un dominador claro. El River trataba de dar criterio al juego en la parcela ancha, pero el Torredonjimeno no le fue a la zaga y cada vez que recuperaba intentaba plantarse en las inmediaciones del área local con rápidos contragolpes. Los de Aloisio pudieron adelantarse pronto en el electrónico. A los tres minutos una buena triangulación entre Melik, Tyson y Meyid finalizaba con disparo de este último a las manos del portero visitante. La réplica de los andaluces llegaba pasado el cuarto de hora en un lanzamiento de libre directo ejecutado por Isaac, que Aomar atajó en dos tiempos. El técnico del equipo melillense no paró de dar instrucciones. Así, pasado el ecuador del primer tiempo, Braim se internaba en el área y dibujaba un pase de la muerte que Chibi aprovechaba para batir a placer al meta Juanma con un toque sutil desde el mismo área de meta. El gol tranquilizaba algo el juego de los locales, tanto que, pasada la media hora, Ibra se entretenía con la pelota en el área y Carrillo se la quitaba para plantarse solo ante Aomar al que batía de tiro cruzado para establecer el empate en el marcador. Y tan solo un minuto más tarde, en el 34, era el rojiblanco Jose el que se plantaba ante Aomar, pero el disparo del tosiriano se estrellaba en el larguero tras golpear en el portero melillense, por lo que al descanso se llegaba con la igualada en el electrónico. Tras el paso por los vestuarios el River daba un paso adelante en busca de un necesitado triunfo para seguir poniendo tierra de por medio con el descenso. Aloisio dejaba en la caseta a Tayson, que había visto una amarilla, y ponía en escena a Bilal. Un cambio ofensivo que conllevaba retrasar a Meyid hasta su posición natural. El River comenzó a fraguar el triunfo muy pronto. Apenas se habían cumplido cinco minutos de la reanudación y Braim, que se marcó otro partido espectacular, anotaba un auténtico golazo, el noveno en su cuenta particular, tras hacerse con un balón colgado al área desde el flanco izquierdo. El '7' azulón ganó la posición a su marcador y no tuvo piedad a la hora de batir a Juanma de potente derechazo. El tanto dio alas a los de Aloisio hasta tal punto que el Torredonjimeno, a pesar de ser un equipo bragado y que nunca se encerró atrás, pasó a convertirse prácticamente en un convidado de piedra. Tan solo cuatro minutos después de tomar de nuevo ventaja, Hamin enganchaba un tremendo zapatazo desde casi 25 metros que era repelido por el travesaño con el portero andaluz ya batido. La cosa no quedaba ahí, y en la siguiente acción era el capitán Farid el que en su enésima subida por la banda derecha disparaba desde dentro del área encontrándose con la respuesta de Juanma que cubría el palo corto. Tanto iba el cántaro a la fuente que se veía llegar el tercero y llegó. Otro jugadón de play-station de Braim por la banda derecha en la que desactivó a su marcador, finalizó con un centro raso al corazón del área por donde apareció Borja López, otro de los hombres claves del partido, para, de certero zapatazo, enviar el cuero a la red. El gol, celebrado con rabia por el azulino, dejaba sentenciado un encuentro en el que los melillenses tocaron arrebato con sendas oportunidades para redondear un holgado marcador por mediación de Bilal a pase de Melik, y en una galopada en la que el propio Melik se plantaba ante Juanma, pero el meta tosiriano evitaba el tanto despejando la pelota a córner.