Este domingo además de ser el Día de la Madre, también se conmemora el Día Mundial de la Risa. Una emoción humana con múltiples beneficios y provocada por innumerables variables aunque innata. Reír a carcajadas por cualquier motivo es la mejor terapia para un día gris. Tanto es así que la risa es usada como terapia.
Reír es una manifestación involuntaria, es la respuesta de nuestro organismo hacia un sentimiento de alegría o felicidad. No es una conducta que se haya aprendido. Es una emoción positiva que varía según ciertos factores como puede ser la cultura, el clima o el entorno.
La risa se origina en la zona prefrontal de la corteza cerebral, que es el área más evolucionada del cerebro. En esta región se ubican funciones como la creatividad, la capacidad de pensar en el futuro y la moral.
Desde el punto de vista fisiológico, cuando reímos se generan contracciones enérgicas en el diafragma, acompañadas de vocalizaciones silábicas repetitivas que resuenan en la faringe, el paladar y otras cavidades fonatorias. Este proceso produce el sonido particular que caracteriza la forma de reír en los seres humanos.
A pesar de que pudiera parecer que la risa es un simple gesto, involucra a varias partes de nuestro cuerpo. Durante una carcajada, se movilizan más de 400 músculos, no solo de la cara sino de nuestro estómago. Algunos de ellos que únicamente se ejercitan mediante este proceso.
Entre los beneficios que puede generar no solo se encuentra la salud emocional sino también el bienestar físico, ya que acelera la respiración, limpia los pulmones, oxigena el cerebro, relaja los músculos o libera estrés.
La risa tiene un enorme impacto positivo en nuestro organismo, ya que favorece la secreción de serotonina, una neurohormona con efectos calmantes. De igual forma, el cerebro activa un proceso que hace que nuestro cuerpo segregue endorfinas, sedantes naturales del cerebro similares a la morfina que actúan como drogas naturales, cien veces más potentes que la heroína y la morfina. Es por esta razón por la que la risa tiene un efecto analgésico muy potente.
Por esta razón, la liberación de estas hormonas que mejoran el bienestar físico, hace que los risueños duerman mucho mejor al descender los niveles de cortisol.
Al mismo tiempo, una carcajada provoca secreciones de adrenalina. A nivel físico, se produce una sobre oxigenación celular que mejora la respiración. Es más, el aire que entra en nuestros pulmones es el doble del que entra de forma habitual. Un proceso que retrasa el envejecimiento de nuestra piel. Reírse es similar a hacer ejercicio, ya que después de una sesión de risa el pulso cardiaco se vuelve más regular y acompasado.
Más allá de lo que se suele pensar, las personas que más se ríen no tienen más arrugas sino todo lo contrario. Sus células están más rejuvenecidas debido al ejercicio muscular que se hace al reír y a la oxigenación de las células que se produce.
Asimismo, ayuda a despejar la nariz y el ruido por la vibración que provoca en la cabeza, limpia los ojos con las lágrimas, libera tensiones de nuestros músculos o elimina toxinas, además de favorecer la digestión eliminando ácidos grasos.
En cuanto a su rendimiento a nivel psicológico, la risa es usada como terapia para ayudar a mejorar los síntomas de la depresión. La risoterapia también es muy usada en pacientes oncológicos, ya que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico por su efecto indirecto en todas las células. Además, los expertos señalan que previene el infarto o la hipertensión. Las personas que ríen mucho tienen un 40% menos de probabilidad de sufrir un infarto de miocardio.
La Asociación Americana de Medicina subraya que esta podría estar relacionada con tener un menor riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Tanto es así que, según las últimas investigaciones del proyecto británico Laugh Lab, las personas que ríen mucho viven una media de cuatro años y medio más que las que no lo hacen.
Pero más allá de lo que produce en uno mismo la risa, esta también es considerada como una señal social, según destaca el profesor de la Universidad de Harvard, J.J. Ratey. Es una forma de comunicación no verbal que transmite a los demás confianza, comodidad y alegría en las interacciones sociales. Sirve como mecanismo de conexión y expresión de emociones positivas.
En definitiva, reír tiene múltiples beneficios para la salud a todos los niveles, además de ser una herramienta clave para mantener y fortalecer los lazos sociales.
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