SEGUIMOS viendo en las calles el grado de irresponsabilidad de muchos, cuando sabiendo las medidas para evitar contagios insisten en comportarse de manera irresponsable. Lo vemos con quienes no quieren llevar mascarilla; lo vemos a las puertas de colegios donde se agolpan padres para recoger a sus hijos sin cumplir el distanciamiento. ¿A qué estamos jugando?, ¿de qué sirve tanto protocolo, tanta seguridad, tanta reunión para perfilar medidas si en la práctica no se cumplen los mínimos requisitos establecidos?
El riesgo cero es imposible, va a seguir habiendo casos y desgraciadamente irán en aumento, pero no tanto si todos ponemos de nuestra parte, si todos acatamos una lección de mínimos, de obligaciones para que Melilla no llegue a picos o confinamientos como se están estilando en otros lugares de España.
Si dentro de los colegios los docentes están siendo un ejemplo de cuidado de nuestros hijos, ¿cómo es que los propios padres somos incapaces de comportarnos como se debe para que el descontrol no llegue a las puertas de estos centros? Seamos un mínimo coherentes, porque no se pide tanto. Seamos serios y consecuentes para rebajar las situaciones extremas. Pongamos de nuestra parte, todos, para hacer esto mucho más sencillo para todos.