Por lo menos en su pueblo, Ricardo Fernández Sánchez, hijo de Ricardo y María del Carmen, es el uno, el mejor, indiscutible del periodismo deportivo de Melilla. A quien le pique, que se arrasque, pero no hay más leña que la que arde. Y, además, jóder, es amigo del alma y recurro al exabrupto porque no me gustaría que la crónica pudiera parecer peloteísta, pero hoy escribe más el corazón que la pelota de los sesos y el corazón escribe de una reunión de amigos de toda la vida que han querido celebrar con nuestro Ricky su 39 cumpleaños una semana antes de su fecha. Es que tiene que irse a trasmitir para Onda Cero y no puede hacerlo el sábado que viene. Su profesionalidad es así.
Bueno, bueno. Personajes. En primer lugar su mano derecha para todo y su primo hermano, Fausto Más, entregado a la causa del Fernández, ilusionado para que todo le saliera estupendamente bien a su mejor amigo, al margen de parentela, Ricky. Por allá, por 'Los Medios' -qué bonita está quedando la terraza de primavera, qué hermosos son Román y Rosi, seres humanos de mucha categoría- digo que en la sede social de 'Los Medios' también estaban los Diego, Ricardo (otro primo hermano), Gerardo Fernández -otro monstruo, que se pone la vida por montera-, Ángel de Jesús, Rogelio -ferralla malagueño de altura-, Fernando y tantos más. Pero no sólo vive el hombre de sus huesos sino también de sus costillas, ergo, las mujeres. Todas guapísimas.
Laura Céspedes estaba -usted perdone, señora- para comérsela. Maite, la mujer de Juan Ignacio Romero iba de dulce en tonos rosa pastel. María del Carmen Sánchez Ortega, la madre de Ricardo, estilo y señora, con tonos grises. Bueno, todas incluidas las compañeras de trabajo que no quisieron perderse un acontecimiento tan sencillo como inolvidable. Un señor que quiere ser 'manero', Jousef Mohamed se encargó de sumistrar las mejores viandas al carbón: tomen nota, chorizos al infierno, salchichas doradas y pinchos morunos. Digo que quiere ser 'manero' porque conoce a un cabo de la Compañía de Mar y sabe que éste está familiarizado con la marinería y, bueno, puestos a buscar trabajo, no descarta convertirse en 'manero'.
Es sencillamente la plasmación de la amistad hacia un hombre que, echando arrestos a la empresa de vivir, se ha convertido en líder de su sector, la información deportiva, y que ha conseguido hacerse un hueco docente en La Salle - El Carmen, porque Ricardo no es periodista aunque lo borde, es biólogo y de los buenos. Lo que ocurre con Fernández Sánchez es que, como comunica con claridad y transparencia, igual te narra un partido de fútbol o baloncesto que enseña matemáticas o física. Y además, el muy puñetero se deja querer y de qué manera.
Gloria siempre a don Ricardo Fernández Sánchez, aunque vaya a cumplir 39 años -cuidado, nene, que se te pasa el arroz- y gloria al periodismo que encarga Ricky, el periodismo libre e independiente, el periodismo de calidad que, no por ello, tiene que ser menos cercano. Cuando a la hora de la siesta, se sintoniza Onda Cero Radio, ya no se puede dormir la siesta porque habla, señoras y señores: ¡Ricardo Fernández!.