Este martes ha concluido el recorrido de los 1.099 kilómetros que separan a Melilla de la ciudad francesa de Hendaia, ubicada en la frontera con España, que se hizo sin salir del puente de Avenida en Irún en País Vasco, un acto al que convocó a través de sus redes sociales el artista navarro Imanol Espinazo el pasado miércoles para denunciar la tragedia migratoria.
Entonces, Espinazo invitaba a acompañarlo a todo aquel que quisiese, sumando así los metros que recorriesen al cómputo general, y, como su iniciativa ha recibido un amplio respaldo de la ciudadanía, las 9.812 idas y venidas necesarias para completar el recorrido -que debían tomarse de seis a ocho horas durante siete días seguidos, según la previsión inicial-, se lograron en sólo tres días.
Según precisa el diario Noticias de Navarra, calzando sólo unas sandalias y en completo silencio, el artista pamplonés afincando en Hendaia llevó a cabo desde las 12:00 horas del domingo las primeras vueltas al puente peatonal de Santiago para equiparar la distancia hasta la valla de Melilla y a modo de protesta puntual contra la situación que padecen los migrantes por parte de las autoridades francesas.
Sin embargo, a dichas vueltas se sumaron las que realizaron cientos de personas que se unieron a esta performance, llamada Bidegurutzea, y que permitieron que para la segunda jornada, el lunes, la iniciativa ya contase con un total de 8.263 idas y vueltas, o lo que es lo mismo, 925 kilómetros.
De este modo, la travesía de Espinazo fue mucho más corta de lo esperado y este martes, en la tercera jornada del recorrido, pudo llegar a tener hechas las últimas 1.549 idas y venidas.
"Como habitante de Hendaia, cada día soy testigo de las consecuencias que padecen las personas que intentan atravesar la frontera", ha declarado Espinazo en la cuenta de Bidegurutzea en Instagram.