El Ramadán, desde la perspectiva oficial y multicultural que como celebración colectiva le imprime, con mayor énfasis desde el pasado año, el Gobierno local, a través del Instituto de las Culturas, vuelve a envolverse en una polémica insana que en nada favorece la evolución de Melilla hacia una realidad más plural y ecléctica. Acusan los cepemistas al Gobierno Imbroda de organizar un programa de actos en torno al Ramadán al margen del a Comisión Islámica, como si fuera obligatorio potenciar el carácter social y cultural innato también a la celebración desde la exclusiva perspectiva religiosa.
Con independencia de los desencuentros que enfrentan al Gobierno local con la CIM y que deberían ser superados por ambas partes, es evidente que se puede proyectar el significado colectivo de una fiesta de tanta incidencia en el conjunto de Melilla desde una visión sobre todo cultural y, por tanto, diferente a la estrictamente religiosa.
CpM se equivoca cuando se arroga peligrosamente portavocías exclusivas de los melillenses de confesión musulmana y vuelve a errar cuando opta por la crítica frontal anticipándose incluso a la presentación pública del programa oficial de Ramadán.