Mañana se celebra en todo el mundo el Día de San Valentín. Una festividad que tiene un origen católico y que comenzó a festejarse en el seno la iglesia en el siglo V, pero que en los últimos años se ha convertido en un reclamo de marketing muy utilizado por las grandes empresas para vender todo tipo de productos y servicios relacionados con el amor.
El 14 de febrero es el Día de los enamorados. Una fecha especial para potenciar el amor y tener un detalle con tu pareja, o al menos es lo que intenta vender el sector publicitario. Ante este cambio de perspectiva, El Faro ha hablado con el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, para conocer el origen de la festividad y su opinión sobre cómo ha evolucionado el Día de San Valentín.
En la Antigua Roma existían tres santos mártires que compartían el mismo nombre y cuyo santoral se celebraban muy próximos. La festividad del auténtico San Valentín, patrón de los enamorados, arranca con el Papa Gelasio I hacia el 498 después de Cristo.
La iglesia cristiana hace referencia a este santo como el patrón de los enamorados y del amor en pareja, ya que San Valentín ponía en riesgo su vida para casar a las parejas que así lo deseaban en los tiempos en los que los cristianos eran perseguidos en el Imperio Romano. Parejas que surgían, dijo Resa, incluso estando en las cárceles.
"Él se jugaba su pellejo para ir unirlos en matrimonio en tiempos de persecución. De ahí se le une la tradición a un especial protector de la muerte entre la pareja", explicó.
Tiempo después, a esta historia se le fueron sumando ciertas leyendas. Una de ellas fue la que surgió en Inglaterra y Francia durante la Edad Media y que cuenta que a mediados del segundo mes del año las aves del cielo procuran buscar su pareja.
A partir de ahí, se empezó a asociar el nombre San Valentín con el amor, ya que este habría sido ejecutado un 14 de febrero al no querer renunciar al cristianismo y haber casado a soldados en secreto.
"Ahí se une todo y sale esta fiesta", aclaró Eduardo Resa, que señaló que así surgió esta festividad en la que todas las diócesis potencian a lo largo de una semana el amor conyugal, a la familia y a la pareja. "En las parroquias animamos a que se cuiden más los detalles".
Por otro lado, en cuanto al cambio de significado que ha ido adquiriendo esta festividad, asociada actualmente al consumismo, Eduardo Resa ha asegurado que no piensa ser un hostigador de quienes elijan libremente celebrar San Valentín como si de un cumpleaños se tratase.
"Como gesto, que yo tenga un detalle bien, pero ese gesto se puede hacer cualquier día y se puede sorprender al otro en otra ocasión", comentó. El vicario episcopal de Melilla cree más conveniente tener la capacidad de sorprender a la otra persona frecuentemente y no de año en año. Para él, San Valentín debería ser los 365 días del año. Este 2024 los 366 dias.
"Esto lo han aprovechado muy bien las grandes cadenas. Echamos el 14 de febrero las campanas al vuelo", comentó. A pesar de que el Día de los Enamorados es una fecha para dejarse llevar, este año tendrá que ser un poco más comedido, ya que coincide con el Miércoles de Ceniza.
Ante esta casualidad, Eduardo Resa llama a ser comedidos y trasladar la pasión para el sábado por ejemplo. "Dentro de las precariedades de que ese día es de ayuno y abstinencia, se puede ir a celebrar una pequeña cena. Como además es miércoles, pues lo traslado al sábado. Además hay que trabajar el día 15".