La votación de los presupuestos generales es la más importante del año porque de ella depende la estabilidad de un Gobierno y de sus políticos. Este 23 de diciembre el tripartito de Melilla sacó adelante sus cuentas de 2022, las más altas (y caras, según Imbroda) de la historia, con 362 millones de euros.
No había nada que apuntara a que habría sobresaltos en las votaciones. La alianza de CpM, PSOE y Eduardo de Castro, expulsado de Cs, cuenta además con el apoyo extra de Jesús Delgado Aboy, ex parlamentario de Vox y actual presidente de Promesa. Tenían asegurados 14 votos frente a los 11 de la oposición.
El PSOE tenía amarrado el apoyo de Mohamed Mohand. Fiel a su estilo, el ex consejero de Turismo se hizo esperar, pero finalmente llegó, ocupó, como de costumbre, el puesto en el que tradicionalmente se sentaba Aberchán y votó sin sobresaltos.
Sin embargo, a la hora de apoyar las cuentas, el cepemista Mohamed Ahmed Al Lal se despistó con una llamada telefónica; a De Castro le entraron las prisas y se votaron los presupuestos sin que al cepemista le diera tiempo a llegar.
Muchos dudaban del voto de Mohand a favor de los presupuestos. Pero si hubiera fallado no habría pasado nada incluso a pesar del despiste del consejero de Juventud y las prisas de Eduardo De Castro.
En el PP las tropas estaban mermadas: una diputada con covid, otra también confinada por ser contacto estrecho de un positivo en covid y al parecer, una tercera diputada "fuera, con su familia", según fuentes populares consultadas por El Faro.
En fin, que las cuentas salieron adelante con 13 de los 14 votos que tenía asegurados el tripartito y el no de 7 diputados de PP y uno de Vox. Así, imposible. Esto no había manera de que hubiera tenido emoción.
Entiendo que el PP es consciente de que lo que queda por delante de legislatura es tiempo de desgaste, más que de gestión. Especialmente porque la gestión del Gobierno no trasciende, salvo la excepción de Cultura y algunos destellos de Medio Ambiente y Deportes, en ese orden. El resto podría llevar una etiqueta en la que se lea el título del libro humorístico de Eduardo Mendoza: "Sin noticias de Gurb".
Sé que los ecologistas me discutirán la inclusión de Hassan Mohatar en la lista, pero en mi opinión, su trabajo se nota porque está peatonalizando el centro y ya tiene casi listas las obras de Sidi Abdelkader. Cerrar calles al tráfico rodado te pone a los vecinos de la zona en contra, sobre todo, porque al ser construcciones antiguas, no tienen parkings subterráneos y aparcar el coche puede convertir sus vidas en un infierno, especialmente si tienen que dejar sus vehículos en la calle, frente al Parque Hernández. No descubro el agua tibia si digo que General Marina, en cuanto oscurece, se convierte en una boca de lobo.
Mohatar también tiene previsto quitar los aparcamientos de la Avenida algo que aquí ha puesto a muchos en pie de guerra, pero que ya se ha hecho en la mayoría de las grandes ciudades europeas. El centro es para los peatones. Era la idea del PP y es también la del cepemista. Hay que cambiar el chip y sé que cuesta, pero en Melilla hemos tenido suerte y se está por la labor.
Cuando pasen los años, la gente recordará que con Mohatar (CpM) y Quevedo (PP) se peatonalizó el centro de Melilla. En cuanto a Deportes, excepto el socialista Diego Muñoz Jaén, hay consenso en que Rachid Bussian se lo está currando y está ayudando a todos los clubes. Muchos han empezado a saber lo que es un euro público desde que él está en el Gobierno. Y no lo tiene fácil porque lleva también un área pantanosa, la de Infraestructuras, que tiene a los ecologistas enfrente por la tala de árboles para construir carreteras.
De Cultura ya os he hablado: si usted va estos días al Parque Hernández, a la Plaza de las Culturas, a la Biblioteca Municipal o a la explanada de San Lorenzo, sabrá de qué hablo. Está todo lleno de actividades navideñas.
Y eso puede parecer normal aquí, pero hay que salir de Melilla y comparar. Hace dos semanas estuve en Murcia y me pasé por la Plaza Circular, en el corazón de la ciudad. No hay ni una sola luz de Navidad y las de la Gran Vía, parecen farolas de pueblos de la España vaciada.
No hay que ir tan lejos. Málaga está apagada. Hay luces en la calle Larios y al resto se lo merienda la Legión de nuestro Barrio del Real.
En definitiva con la aprobación de los presupuestos el tripartito se aseguró un año más de legislatura sin mayor oposición. El PP da por ganadas las elecciones de 2023 y en esto creo que se equivocan. Les puede pasar como a Susana Díaz que ni se molestó en hacer campaña contra Pedro Sánchez porque ya se veía acomodada en la poltrona de Ferraz. Ahora le está saliendo musgo en los sillones del Senado.
La política local nos está matando a bostezos y decepciones. Hace unos días preguntábamos a los melillenses qué piensan de los políticos. Dábamos por hecho que iban a esquivar la pregunta y la mayoría dijo lo que pensaba: que la ejemplaridad que se les exige brilla por su ausencia.
Yo añadiría que nuestros políticos no son capaces de transmitir ilusión. Se les ve cansados, algunos incluso, parecen sobrevivientes de un terremoto. Es como si les hubiera pasado un tren por encima en dos años de legislatura. Tienen clavada en la cara una expresión de amargura que invita a pensar que están pidiendo el tiempo para que el árbitro pite el final del partido.
Los ves que llegan a las ruedas de prensa con el ceño fruncido y los labios apretados. No están disfrutando su trabajo. Esto se les queda grande. Tampoco lo han tenido fácil. La pandemia ha puesto el listón muy alto. Los que sólo venían a cobrar, al final han tenido que trabajar. Y quien no está hecho para bragas, las costuras le hacen llagas.
https://www.eldiario.es/politica/arrimadas-reconoce-ahora-grave-error-regalar-pp-cuatro-presidencias-comunidades_1_8612349.html
¿Pedirá disculpas Cs al presidente De Castro y lo rehabilitará públicamente?