Melilla ha vivido por años una gran presión migratoria pero en los últimos meses se ha visto acrecentada tras la crisis con Marruecos. En solo dos días, entre el 17 y 18 de mayo, cruzaron a la ciudad hermana de Ceuta unos 10.000 marroquíes y durante esa misma semana, en la ciudad, hubo numerosos intentos por acceder a territorio español.
La ciudad despertó ayer con un nuevo intento de salto masivo a la valla por el Dique Sur. Uno violento en el que los migrantes lanzaban piedras a los agentes para disuadirlos y conseguir llegar la ciudad.
Los agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local trabajaron en conjunto y evitaron el acceso de 150 migrantes, pero enfrentaron la violencia y presión migratoria por cuidar las fronteras.
A mediados de mayo, en medio de la crisis con Marruecos, se puso en marcha el dispositivo anti intrusión para resguardar el perímetro fronterizo e impedir entradas irregulares de inmigrantes. Movilizaron agentes de la península y el Ejército se unió a las labores en la frontera.
En la madrugada del martes nuevamente se activó el dispositivo anti intrusión pero, debido a lo violento del intento de entrada, 21 agentes resultaron heridos con contusiones leves, aunque a seis de ellos han recibido la baja médica, mermando -momentáneamente- las plantillas.
Durante años se ha demandado el refuerzo de agentes para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en Melilla. Cuando la ciudad enfrenta uno de los momentos de más presión migratoria y en medio de una crisis con Marruecos, la petición se convierte en una necesidad.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que realizan labores en la ciudad requieren del apoyo y refuerzo necesario, recordando que no solo cuidan la frontera de España sino la frontera sur de Europa.