La Unión Deportiva Melilla regresaba ayer a los entrenamientos tras la habitual jornada de descanso de los martes. Lo hacía con una completa agenda de trabajo, que comenzaba con análisis, para seguir en el gimnasio y culminar la jornada en el Campo Federativo de La Espiguera.
Miguel Rivera aprovechaba los primeros minutos de la mañana para charlar con sus futbolistas en el vestuario y analizar los pros y los contras del encuentro del pasado domingo, que se saldó con victoria por 0-1 sobre el Atlético Levante. El entrenador malagueño daba las primeras consignas tácticas de la semana para, acto seguido, cederle el testigo al preparador físico del equipo, Carlos Gómez, que había previsto una serie de ejercicios en el gimnasio.
Una vez culminado este tramo de la agenda, el equipo se dirigía a La Espiguera para continuar con el entrenamiento. El único que se quedaba en el estadio era David Sánchez, que arrastra molestias musculares y se ejercitaba con un plan específico en el gimnasio. El que ya está totalmente integrado es Endika. El lateral, tras cinco semanas en el dique seco por una lesión muscular, ha vuelto a la dinámica de equipo.
En el campo federativo hubo un protagonista, el balón. Lo primero fue un calentamiento con posesión y se continuaba con partidos con trabajo táctico integrado. Para finalizar, Rivera dispuso partidillos con espacio reducido para mejorar la circulación.
La buena sintonía que se apreció en la Ciudad Deportiva de Buñol, y se trasladó al entrenamiento del lunes, continuaba ayer con una sesión con mucha intensidad y ritmo, y con el equipo muy implicado.