El caso de este ciudadano marroquí, que asegura haber pertenecido a los servicios de espionaje del país vecino, se remonta al 2010. En octubre le denegaron la residencia.
La ONG Prodein ha iniciado una campaña para que Hicham Bouchti, el ex miembro de la Policía marroquí que hace dos tres protagonizó en Melilla una huelga de hambre para poder quedarse en España, obtenga finalmente un permiso de residencia. Hay que recordar que en octubre del año pasado el Gobierno nacional rechazó la petición del afectado, aunque pudo continuar residiendo en la ciudad autónoma gracias a una cédula de inscripción.
La iniciativa de la asociación humanitaria ha sido la de habilitar en la página web http://www.change.org/ una recogida de firmas virtual para posteriormente remitirla a la Delegación del Gobierno. En la jornada de ayer, 134 personas habían dado su apoyo a esta campaña. La ONG considera que 200 rúbricas serán suficientes para hacerse escuchar.
Junto al icono para proporcionar los datos personales del interesado en firmar, se incluye una carta dirigida directamente al delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, a quien se informa que a Bouchti “le fue negada la residencia por arraigo hace un par de meses, cuando cumplía todos los requisitos para tenerla”, así como que está siendo retenido en Melilla “de forma injusta y arbitraria por su actividad política”.
El máximo dirigente de Prodein, José Palazón, recordó en declaraciones a El Faro, que el Gobierno español pidió a Bouchti como requisito un certificado de penales, el cual debe solicitar en el país vecino, al cual no puede acceder “porque sería inmediatamente detenido”, según Palazón. “Es como si no hubieran tenido en cuenta su situación”, reprochó. “No puede poner un pie en suelo marroquí”.
Una historia de espías que empezó en 2010.
La historia de Bouchti es cuanto menos rocambolesca. Tal y como publicó este periódico en el año 2010, el afectado, natural del país vecino, asegura haber trabajado para los servicios de espionaje de la Policía de Marruecos.
Por esta razón, Bouchti siempre ha sostenido que de ser expulsado al país vecino sería inmediatamente detenido por las autoridades del reino alauita.
En concreto, huyó de Marruecos tras recibir amenazas de muerte a causa de haber denunciado a uno de sus superiores por tráfico de armas con Argelia. El Gobierno de España negó en aquel entonces su solicitud de asilo político por considerar que su historia era “poco creíble”.
Tres años después, continúa luchando por permanecer en España. En octubre le fue denegado el permiso de residencia, aunque puede continuar en el país gracias a una cédula de inscripción.
Actualmente vive en Melilla junto a su esposa y su hijo, este último nacido en la ciudad autónoma.