La ONG melillense Prodein afirmó en la jornada de ayer que en los últimos días han entrado más inmigrantes de origen sirio a través de los pasos fronterizos que separan la ciudad autónoma de Marruecos, así como que éstos han sido dados de alta en el CETI y se han trasladado inmediatamente al campamento que este colectivo tiene montando en el cementerio musulmán mientras esperan a que se tramite su salida de Melilla en dirección a la península. El máximo dirigente de esta asociación humanitaria, José Palazón Osma, señaló en la jornada de ayer a El Faro. Por otro lado, fuentes de la Unión Federal de Policía (UFP) detallaron a este periódico que los sirios están entrando en la ciudad usando pasaportes pertenecientes a marroquíes para no ser detectados en los controles policiales.
Hay que recordar que los sirios se han convertido en el principal colectivo del CETI de Melilla. A comienzos de diciembre había unos 177 en dichas instalaciones, mientras que el pasado 1 de enero la cifra oficial era de 200, según los datos de la Delegación del Gobierno. La crisis que comenzó en dicho país a comienzos del 2011, cuando los sirios empezaron a alzarse en una serie de protestas en contra de su Gobierno, se ha hecho notar dos años después en Melilla. Pese a los esfuerzos de Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe para mediar en la guerra civil que vive dicha nación, la situación es cada vez más violenta, siendo sus principales ciudades el campo de batalla del conflicto. Ello ha provocado un éxodo de refugiados hacia Europa y cientos de ellos han escogido Melilla como destino para llegar a España.
Protesta y traslado
El colectivo que actualmente reside en la ciudad comenzó hace más de dos semanas una protesta para exigir su traslado a la península. Podrán salir de la ciudad en breve, aunque sin permiso de asilo, como pedían. En concreto, demandaban el mismo trato pedido para Manar Almustafa, la siria de 30 años de edad, víctima de graves heridas sufridas durante la guerra, y que fue trasladada a la península a finales de diciembre con un permiso de asilo para que sus quemaduras pudieran recibir atención médica.