Los sindicatos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en el perímetro reclaman con urgencia un plan de actuación integral.
Los sucesos acaecidos el pasado mes de agosto en la frontera de Melilla con Marruecos, han servido para que los sindicatos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en Melilla se unan para, primero, rechazar públicamente las agresiones a las mujeres policía de manos de activistas marroquíes “que campan a sus anchas con el consentimiento de las autoridades policiales marroquíes”, y para denunciar unánimemente las malas condiciones laborales en las que los funcionarios tienen que realizar su trabajo. Una situación que genera entre los colectivos del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Policía Local una sensación de inseguridad por el que reclaman a la clase política un plan de actuación inmediata para paliar todas estas carencias.
Y es que, a pesar de que sí que es cierto que el número de efectivos policiales se ha aumentado en el perímetro fronterizo en los últimos años no ha mejorado de la misma manera los recursos materiales necesarios para ofrecer “un servicio a los ciudadanos con garantías”.
Por ello, el responsable de la Unión de Guardia Civil, Ramón Rodríguez, el delegado de Comunicación de la UFP, Antonio García, y el secretario general del sindicato de Policía Local, Alfonso Romero, comparecieron ayer ante los medios de comunicación para unir sus voces y solicitar un endurecimiento de las penas por agredir a un agente ya que actualmente “sale barata una agresión”.
Por parte del sindicato de la Guardia Civil, Rodríguez denunció que dudan de que muchos de los vehículos que los funcionarios utilizan en su trabajo hayan pasado con éxito la Inspección Técnica (ITV). La situación de algunos puestos de vigilancia sufren continuamente de plagas de mosquitos y los agentes respiran gases tóxicos “y no se toma medida alguna al respecto”. Ello sin contar con que las garitas no cuentan con el acondicionamiento necesario, algo que “sólo necesitaría de una pequeña inversión en comparación a otras partidas”.
Así también la conciliación de la vida laboral y familiar se hace complicada teniendo en cuenta que “hay unidades que no conocen la previsión del servicio diario ni mucho menos de los descansos previstos”. Además, la actitud de algunos mandos hace sospechar a la Unión de Guardia Civil ante los casos crecientes de expedientes disciplinarios: “Estaremos vigilantes y no nos temblará la mano si tenemos que acudir a la Justicia”.
Por otro lado, en el ámbito nacional, Rodríguez se quejó de las 22 horas semanales de más que la Benemérita trabaja en relación a otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Unas jornadas laborales “impuestas desde la Dirección General actuando por encargo político”, aseguró su portavoz. De la misma manera, señaló que la Prevención de Riesgos Laborales “es inexistente” y destacó la urgencia de una reestructuración nacional de las unidades pues responden a un sistema “anacrónico” que debería de actualizarse para dar un mejor servicio a la población.
Por su parte, el responsable de Comunicación y Prensa de la Unión Federal de Policía se refirió a las constantes concentraciones públicas que el Cuerpo ha venido realizando desde 2008 denunciando las agresiones, insultos, vejaciones y amenazas que los agentes sufren en la frontera.
Es más, las gresiones sufridas por mujeres policía está en manos de la Fiscalía y, sin embargo, los activistas marroquíes “campan a sus anchas ante la pasividad de las autoridades marroquíes”. Aún así, los funcionarios de la frontera tienen que respirar constantemente el humo contaminante de los vehículos que diariamente atraviesan el perímetro fronterizo así como soportar las inclemencias del tiempo.
Garitas marroquíes de la UE
Por ello, estimó necesario, para la seguridad de los agentes, la creación de garitas acristaladas y acondicionadas para realizar un servicio de calidad en la frontera de Melilla. “Cabinas similares a las que tienen la policía marroquí que, por cierto, se han financiado con fondos europeos”, apuntó García.
Por último, destacó algunas otras reivindicaciones que ya se han realizado al Ministerio del Interior como es la retribución especial para los agentes que trabajan en la frontera al ser una labor “sufrida” y, por otro lado, “que se reconozca en el Catálogo de Puestos de Trabajo (CPT) con un punto más a los agentes de la frontera de Melilla pues su labor es muy diferente a la que se realiza en otros puntos fronterizos del territorio nacional”.
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