La Unión Federal de Policía (UFP) cree que Melilla puede quedar desprotegida y con una importante sensación de inseguridad si no se aumenta la plantilla policial antes de que se abran los puestos fronterizos. Y, según el sindicato, la cuestión no se soluciona trayendo a la ciudad unidades de antidisturbios, como suele hacerse, sino completando el personal de la Jefatura Superior con, al menos, cien efectivos más.
Luis Jiménez, líder de la UFP, explicó que los antidisturbios tienen una función muy determinada como es el control de las avalanchas pero no tienen responsabilidad en el tema del control documental "y a día de hoy no hay personal suficiente" para atender ese servicio.
Esta organización entiende que traer a Melilla a funcionarios de la UIP "es un parche" que no soluciona nada por lo que "si deben sacar policías de otras unidades, tendrá su reflejo en la mala calidad del servicio de cara al ciudadano". En ese sentido, apuntó que incluso con la frontera cerrada las unidades operativas son escasas. "Gracias a la Policía Local podemos decir que existe cierta eficacia porque la merma de personal ya existe en la Jefatura", matizó.
Efecto llamada
A juicio de Luis Jiménez, la apertura de la frontera va a conllevar un "efecto llamada" que les hace prever "que tendremos avalanchas" por circunstancias como la posibilidad de viajar a la península con solo tramitar el asilo en España. "La policía va a ser incapaz de contener esa avalancha", precisó.
La UFP considera fundamental que Marruecos haga su trabajo cuando empiece la apertura fronteriza. "Si hace su trabajo y colabora organizando filas en su territorio y no deja pasar el comercio atípico, esperemos que la frontera pueda ser fluida y segura".
Pero lo importante, insistió, es que se refuerce la plantilla con "policías en sí" y se actualice al respecto el catálogo de puestos de trabajo de la frontera donde solo se recogen las figuras de "oficiales, subinspectores, inspectores e inspectores-jefe".