La playa de Aguadú abrió ayer al público después de estar meses cerrada a causa de los desprendimientos de rocas que la lluvia provocó la pasada primavera. A las 11:00 horas, los socorristas ya estaban preparados en sus puestos para velar por la seguridad de esta playa melillense, si bien los ciudadanos no apostaron por disfrutar de su mañana en esta zona pese a la novedad de su reapertura.
La bandera amarilla ondeó durante toda la jornada en la playa de Aguadú, en un día en el que el levante provocó cielos nubosos y que el mar estuviera revuelto, por lo que los escasos bañistas tuvieron que extremar la precaución para darse un chapuzón con total seguridad.
Alonso Infante y Daniel Huertas, los dos socorristas que prestaron ayer servicio en esta playa, explicaron a El Faro de Melilla que no es extraño que Aguadú tenga bandera amarilla, puesto que en las playas abiertas al mar es más probable que el oleaje sea superior a las de la bahía. Aunque no descartaron que a lo largo del día tuvieran que izar la bandera roja, no fue necesario cambiarla pese al viento de levante.
También señalaron Infante y Huertas que hasta que termine la temporada, serán dos los socorristas los que estén velando por la seguridad de los usuarios de Aguadú, en horario de 11:00 a 20:00 horas. Pese a la poca afluencia de personas por la mañana, los socorristas apuntaron que la tónica habitual de los más jóvenes es acudir a la playa pasado el mediodía.
Casi al final del verano
Said Baghuouri era uno de los pocos melillenses que estaban ayer por la mañana disfrutando de Aguadú. Según explicó, va cada año a esta playa desde que era pequeño y ahora, intenta ir siempre acompañado de sus hijas. Este melillense lamentó que la playa no haya estado abierta a lo largo del verano, puesto que su familia prefiere pasar sus días de descanso en esta y no en las de la bahía. “Aquí las niñas aprenden mejor a nadar”, aseguró este usuario.
Un poco más tarde llegaron a la playa dos amigos melillenses, Andrés y Roberto, que viven fuera de Melilla y que han coincidido aquí en sus vacaciones de verano. Ambos jóvenes son asiduos a Aguadú cuando las obligaciones se lo permiten, pero los dos coincidieron en que es “un desperdicio” que la playa no haya estado abierta durante todo el verano y que sí lo haya hecho al final de la temporada estival.
También hubo varios grupos de personas que paseaban por los cortados y bajaron hasta la playa. Aunque la mayoría de ellos no se animaron a bañarse, sí pudieron disfrutar del paisaje rocoso y de la imagen del mar rompiendo contra la orilla.
Dos melillenses, padre e hijo, visitaron ayer Aguadú para conocer más de cerca las rocas de la zona. El pequeño, Domingo, quiere ser espeleólogo de mayor y disfrutó de su mañana de sábado en contacto con la naturaleza. Su padre, también llamado Domingo, celebró que la playa ya esté abierta al público para el disfrute de todos los melillenses.
Al menos durante las primeras horas de la mañana, tampoco se instalaron las sombrillas en Aguadú. El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, dijo el pasado viernes que ese día el mar estaba muy picado y que hacía demasiado viento como para poder instalar este equipamiento. En cualquier caso, los equipos de mantenimiento de las playas pondrán las sombrillas en cuanto el tiempo acompañe.
Las obras de rehabilitación de esta playa melillense comenzaron el pasado mes de junio por parte de una empresa contratada por el Ministerio de Medio Ambiente. Durante las actuaciones, se han retirado las piedras de la zona de playa y se ha limpiado todo el acantilado para que los melillenses puedan disfrutar de su tiempo libre en Aguadú en lo que queda de verano.