Recuerda que su cofradía se ha ido adaptando a las necesidades y que ha sacado siempre los tronos, salvo una vez, debido a la lluvia. El hermano mayor de la cofradía del Humillado afronta esta Semana Santa “con la misma ilusión que otros años” y con la esperanza de que las previsiones del tiempo, que dan lluvia para algunos días, no acierten y todos los tronos, de todas las hermandades, puedan realizar sus estaciones de penitencia. Tras nueve años en el cargo, considera que ya es momento de renovarse y anima a alguna de las mujeres de la cofradía a que “le eche valor” y se anime para desempeñar los cuatro años de mandato al frente del Humillado.
–¿Cómo afronta la cofradía del Humillado esta Semana Santa?
–Como siempre, con mucha ilusión y muchas ganas de estar en nuestras calles realizando nuestra estación de penitencia.
–Hay alguna cofradía que tiene falta de costaleros ¿No es ese su caso?
–Nosotros, gracias a Dios, no. Si responden todos los trajes que hemos entregado y vienen, no tendremos esa necesidad. Espero que a las demás cofradías también les lleguen costaleros.
Nosotros hemos salido gracias a Dios todos los años. Un año tuvimos un pequeño problemilla, nos faltaron algunos costaleros el Viernes Santo, con la Piedad, pero se suplió con los costaleros de la Cruz Guía, que se pasaron al trono y no tuvimos problemas. El único año que nos hemos quedado dentro fue en 2004. Se quedó La Piedad sin salir, pero fue por culpa de la lluvia.
–Las previsiones para este Semana Santa dan lluvia, ¿preocupado?
–No se puede fiar uno de las previsiones, porque estaba previsto lluvia para estos tres últimos días y al final no ha caído nada. La lluvia y el viento es el enemigo de la Semana Santa. Con una ligera brisa se puede salir a la calle. Si está como ahora, que cae chirimiri, se puede salir, se llevan los plásticos debajo de los tronos y si pasa cualquier cosa se echan encima. De todas forma, nosotros podemos arriesgarnos más que otras cofradías porque nuestro recorrido es corto y estamos aquí en el centro.
–¿Cuántos cofrades tiene la hermandad?
–Nosotros, ahora mismo, entre militares y civiles, pues estamos entre 80 familias, a una media de tres por familia, unos 240 cofrades. Somos la cofradía más moderna. Este año hacemos 23 años de salidas procesionales. Hemos venido a ocupar una quinta cofradía que había entonces que era la de El Real, la del Cristo del Perdón y de La Fe, que se fundó en 1949, pero que, desgraciadamente, desapareció.
–¿Cuántos años como hermano mayor?
–Nueve, desde el 23 de junio de 2003.
–¿Y con intención de repetir?
–Este año tenemos elecciones. Yo por elección me podría presentar, pero ya necesitaría el consentimiento del Obispado, porque no se puede estar más de ocho años y yo ya llevo nueve. A mi me gustaría que se presentaran otras personas y sobre todo, ¿a ver si hay alguna mujer que le echa valor y se hace cargo?. Con ello, sería la cofradía que tendría por primera vez una mujer como hermana mayor. A mi me gustaría.
–¿Ya hay candidatas?
–De momento no. Una vez que se fechen las elecciones, lo primero será buscar la gente que quiere presentarse, que le echa valor, porque la verdad son muchas horas que se le quita a la familia, mucho trabajo.
–¿Cuánto tiempo le dedica a la cofradía?
–Muchas, muchas, muchas horas. Hay días que veo a mi mujer por las noches. Son preparaciones de todos los detalles que tenemos en la cofradía, que si las velas, arreglarlas, cortarlas; las mujeres, las camareras por otro lado, arreglando las cosas suyas; nosotros arreglando también los desperfectos del trono, preparando lo que se ha roto del año anterior, que siempre se rompe; los trajes... Todos los años hay gente que se queda con ellos, no nos los devuelven e incluso nos dan los números y las direcciones cambiados. Nuestro gasto anual en trajes está alrededor de 3.000 euros.
–¿Cuántos portadores necesita la Cofradía?
–Con 58 tenemos suficiente para el recorrido, porque nuestros tronos son pequeños. El paso que utilizamos es el malagueño.
Desde 1999, que estrenamos las nuevas imágenes que lleva la cofradía –nos las hicieron en Málaga, en el taller de Artes Cofrades–, salimos desde dentro de la iglesia. Para ello conseguimos en Almogía, un pueblecito de Málaga, un trono de segunda mano que era de la cofradía del Nazareno –de 'Los Moraos', como la denominan allí–. Era el trono de la Virgen y nosotros lo adaptamos a nuestra necesidades y desde entonces lo usamos tanto para el paso de la Virgen como del Cristo.
Lo bueno que tiene este trono es que da las medidas justas para salir de la Castrense y eso es lo que nos interesa, que tenga las medidas para poder salir de la iglesia. Ya llevábamos, desde 1989 hasta 1999, saliendo fuera de la parroquia, con lo que lleva consigo, que si carpa, que si patio del ayuntamiento, frío por las noches, guardia, etc. etc. etc...
Lo que queríamos era salir desde dentro de la parroquia y la única forma es tronos adaptados a la anchura de la puerta, porque si no estaríamos en la misma circunstancia que antes.
Antiguamente se nos ponía una carpa en la plaza de Las Culturas, ahí pasábamos frío, lluvia, viento. La carpa estaba ya montada un mes antes de que empezara la Semana Santa. Todavía más allá en el tiempo, se nos cedía el patio del Ayuntamiento, ante de que se iniciaran las obras y salíamos desde allí. Hemos pasado todo tipo de calamidades y dijimos que era preferible salir con menos costaleros, pero hacerlo desde dentro de la parroquia.
Ahora tenemos el mismo trono para las dos imágenes, aunque antes teníamos dos. Este segundo nos lo vendió por el precio simbólico de una peseta Carlos Castañeda, que era el primer trono que iba a estrenar la virgen de La Victoria en 1948 y no lo hizo nunca. Ese trono lo adaptamos a nuestras necesidades y también salía desde dentro de la parroquia. Era el trono del Humillado. Pero era muy pesado y necesitaba más costaleros. Entonces, le aligeramos de peso retirando vigas de madera y tornillos, sustituyéndolos por otras de aluminio que pesaban menos.
Estuvimos saliendo con este trono mucho tiempo, pero debido a que estuvo mucho tiempo arriba, en el Pueblo, estaba carcomido, y a pesar de la limpieza y el cuidado nos duró unos 6 o 7 años.
Estamos buscando otro, y vimos uno en Algeciras que cumplía los requisitos para nuestra cofradía, pero se nos adelantaron y lo vendieron a otra cofradía.
Ahora estamos pendientes o bien de comprar uno o bien el que tenemos, restaurarlo completamente y hacerlo lo más ligero posible, todo con estructura de aluminio, que ya hemos encontrado quien nos haga ese trabajo.
–¿La Semana Santa de Melilla tiene futuro?, habida cuenta de los problemas que se dan todos los años de falta de costaleros
–El problema éste no se por qué existe. ¿Es que no va a ver 200 hombres en Melilla que sé metan debajo del trono? A mi me lo han demostrado otras veces. Cuando la virgen de las Lágrimas se quedó un año sin salir, rápidamente la gente dijo que no, y las personas que estaban allí, en la plaza de toros, se echaron para adelante, se metieron debajo y sacaron el trono. ¿Por qué hay que esperar hasta esta situación?
Lo que hace falta es que la gente que verdaderamente quiere sacar los pasos que se acerque hasta las cofradías y diga ¿señores, cómo estáis, hacen falta costaleros? y ofrecerse antes de que llegue a ocurrir, porque gente hay.
El pueblo de Melilla es muy bueno y no quiere que se quede ninguna imagen sin salir.
–¿La solución entonces, como en su día hizo El Pueblo y ahora plantea El Flagelado es llevar los tronos en ruedas?
–Yo antes de llevarlos en ruedas intentaría hacer los tronos más pequeñitos, menos pesados y por tanto, necesitarían menos hombres. Así, en lugar de necesitar 180 hombres, con 65 sería suficiente y quedaría más bonito. Otra opción es cambiarlo al paso sevillano, que son cuadrillas de 40 o 45 hombres. Lo último sería las ruedas. Pero claro, yo prefiero que salga a ruedas a que no haya Semana Santa.
Yo procedo del Cristo del Perdón y de la Fe, y desde pequeñito los tronos en El Real salían a rueda. Eran cuatro pasos que venían desde allí; parábamos en la plaza de toros y esperábamos nuestro turno, siempre por antigüedad, para entrar en la Avenida.
Entonces se sacaban todos los tronos de todas las cofradías el Jueves Santo. Estoy hablando de al principio de los años 60.
–¿Novedades para este año?
–Con la austeridad la cosa está complicada; sin embargo, este año las mujeres se han empeñado en hacerle una saya a la Virgen, que saldrá este año con una nueva donada por las camareras de las Cofradía.
También, como novedad, este año hay nueve chavales de la Cofradía que se han comprometido a salir tocando solamente el tambor con el paso de la Virgen.
Nosotros siempre salimos el martes con la Banda de Música de la Ciudad Autónoma. Este año saldrán las dos, la Banda detrás del trono y los chavales en medio de los dos tercios.
–¿Y de casa hermandad?
–Con eso estamos como locos. Ya se lo dijimos al presidente de la Ciudad, que nos ha dicho que sí, que busquemos sitio, pero uno céntrico en la ciudad es muy difícil. A nosotros nos hubiera gustado los bajos en la calle Villegas, que nos hubieran dado los bajos del edificio que están haciendo allí. O también, desde donde antes salía El Nazareno, en Isla Talleres, pero tampoco. Son muchos problemas, el presidente de la Ciudad nos ha dicho que está por la labor y en el momento que encontremos un sitio a ver si nos lo dan.
Hay otro sitio, que está céntrico y a ver si nos lo dan. Es el que está al lado del antiguo puesto de la Casa de Socorro.
–Y el Cargadero ¿puede ser una alternativa?
–Sería lo último que miraríamos. Preferiríamos otros. Yo he visitado casas de hermandad por ahí y son una maravilla. Nosotros tenemos todo en la plaza de toros. La humedad estropea las cosas; se pasa mucho frío; mucha corriente; cuando pega el poniente, tela marinera y ya llevamos muchos años... Pero en fin, más vale eso que nada. Tenemos que estar de todas formas agradecidos, pero se pasa muy mal.
–¿Quién efectuará este año el desagravio?
–Se encargará Francisca Muñoz, la mujer de Marcelo Nogales. Nosotros empezamos ha hacer el desagravio en 1999. Lo hacemos en nombre de todo el pueblo de Melilla, pedimos perdón al Señor por lo que le hicimos.
El desagravio se hace en la puerta de la iglesia, después de haber sacado el trono y encararlo hacia la parroquia.
–Un último mensaje
–Mi agradecimiento a todos los cofrades por la labor que están realizando y que el pueblo de Melilla arrope a sus cofradías para no perder nunca nuestras tradiciones. Lo poco que tenemos hay que mantenerlo y que no se venga a abajo, porque no tenemos que perder nuestras tradiciones.