Cuando hay regiones que comienzan una etapa de desescalada y relajación de las medidas sanitarias, Melilla vive otra jornada negra con dos víctimas fatales a causa del coronavirus. Ya son 68 personas en la ciudad que han fallecido como consecuencia de la pandemia, enlutando a familias y dejando un vacío entre sus parientes, amigos y allegados.
A unos días de que finalicen las medidas sanitarias vigentes en la Ciudad, hay que analizar cada una de las variantes y riesgos antes de comenzar a relajar las medidas. Ya el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advirtió de una cuarta ola que Melilla no se puede permitir. Sobre la mesa está la posibilidad de prorrogar las normas por unos días más.
La pandemia ha dejado decenas de víctimas mortales, secuelas en los pacientes que han afrontado el virus, familias separadas y amigos que se ven gracias a la tecnología, cansancio en la ciudadanía y un sinfín de problemas. El sistema sanitario resiste pero los profesionales están agotados, la economía está golpeada y necesita resurgir.
Febrero se convirtió en el segundo mes con más víctimas mortales por coronavirus en la ciudad. Noviembre registró 21 fallecidos y en lo que llevamos de mes son 16 personas han que han perdido la batalla contra el virus.
El número de personas contagiadas ha ido disminuyendo con el paso de los días así como también los casos activos, pero Melilla duplica la media nacional de Incidencia Acumulada (casos por cada 100.000 habitantes) al registrar una tasa de 457,87 en los últimos 14 días. En España, solo Madrid, el País Vasco, Ceuta y Melilla superan los 250 casos de incidencia.
Aunque la presión hospitalaria ha disminuido no es momento de bajar la guardia, no es permisible volver a poner a prueba el sistema sanitario que durante esta tercera ola llevó al límite la situación de la UCI.
Es parte de la responsabilidad individual cumplir escrupulosamente las medidas sanitarias usando la mascarilla en todo momento mientras se está fuera del hogar, manteniendo la distancia social y lavando constantemente las manos. La desescalada hay que hacerla con calma y paso a paso para no tener que vivir una cuarta ola del virus.