La Navidad ya se ha instalado oficialmente en Melilla y lo ha hecho con uno de los visitantes más esperados del año: Papá Noel. Con su inconfundible traje rojo, su eterna sonrisa y una agenda llena de ilusión, el personaje más querido de estas fechas ha abierto las puertas de su casita en la calle General Prim, justo al lado del Tren Polar Express, convirtiendo este rincón de la ciudad en una parada obligatoria para familias y curiosos.
Desde el primer momento, la casita de Papá Noel atrapa a quien se acerca. Decoración navideña, ambiente festivo y esa sensación especial que solo se vive en diciembre hacen que niños y adultos entren con la misma emoción. Los más pequeños tienen la oportunidad de saludar a Papá Noel en persona, contarle sus deseos, hacerse fotos y vivir una experiencia que, sin duda, quedará grabada en su memoria. Y los mayores, aunque intenten disimular, no pueden evitar dejarse contagiar por la magia del momento.
La ubicación no es casual. Junto al Tren Polar Express, la casita forma parte de un recorrido navideño pensado para disfrutar sin prisas, paseando, riendo y compartiendo tiempo en familia. Es el plan perfecto para una tarde diferente o una mañana llena de espíritu navideño, en pleno corazón de Melilla.
Papá Noel ha organizado su calendario para que nadie se quede sin visitarlo. El 19 de diciembre recibirá a sus visitantes únicamente en horario de tarde, de 17:30 a 20:30 horas. Los días 20, 21, 22 y 23 de diciembre, la casita abrirá tanto por la mañana, de 11:00 a 14:00 horas, como por la tarde, de 17:30 a 20:30 horas, ofreciendo múltiples oportunidades para acercarse. Y el 24 de diciembre, antes de emprender su esperado viaje de Nochebuena, Papá Noel estará disponible solo por la mañana, de 11:00 a 14:00 horas.
Uno de los grandes atractivos de esta iniciativa es que se trata de una actividad completamente gratuita, pensada para que todas las familias puedan disfrutarla sin excepción. La casita de Papá Noel se consolida así como uno de los planes estrella de la Navidad melillense, un espacio donde la ilusión se comparte, las sonrisas se multiplican y la magia navideña se vive de cerca. Porque en Melilla, esta Navidad, Papá Noel no solo reparte regalos. Reparte momentos inolvidables.








