La delegada del Gobierno, Sabrina Moh, aseguró ayer que pronto se ampliará el horario operativo del aeropuerto, que llegará hasta las diez y cuarto de la noche, tanto en verano como en invierno. Y es, desde luego, una noticia muy positiva porque tener más posibilidades de volar a la ciudad traerá consigo poner a la venta una mayor oferta de billetes, tal y como comentó recientemente en Melilla Carlos Bertomeu, el presidente de la compañía Air Nostrum.
Surge ahora el típico rifirrafe a ver quién ha conseguido el logro. Sabrina Moh afirma que lo pidió la Delegación en 2019 pero que por aquello del covid quedó paralizado hasta ahora. El presidente Imbroda, por su parte, dijo en X (antes Twitter) que Aena hace la ampliación de horario “como nosotros propiciamos y publicamos”.
Incluso hay un tercer elemento significativo en todo esto. Según nuestras noticias, el aumento del horario operativo debía ser solicitado por escrito por la empresa responsable de los vuelos, o sea, por Air Nostrum, que así lo tramitó y hace poco Bertomeu manifestaba ante la prensa local que estaban a la espera de conocer la decisión de la empresa pública.
Es más, Bertomeu fue preguntado acerca de por qué no se había hecho antes la petición por su parte y en ningún momento dijo que ya existiera una gestión en ese sentido por parte de la Delegación del Gobierno ni en el año 2019 ni en ningún otro. Se limitó a señalar que se solicitaba cuando el número de vuelo por la alta demanda así lo requería.
Sea como fuere, lo importante y resaltable es que, efectivamente, el aeropuerto pueda recibir vuelos hasta las 22.15 horas, porque eso es positivo de cara al desarrollo turístico que persigue la ciudad. La situación económica de Melilla no está para remilgos ni peleas sino para que todos remen en la misma dirección.
Hay que confiar en que esa ampliación de horario, junto con el abaratamiento de los billetes para los no residentes (un 75% del coste) sean un buen revulsivo para que muchos peninsulares se planteen la posibilidad de conocer la ciudad posiblemente más desconocida de España y que, además, está en otro continente.
Una de las personas que han venido para participar en el III Foro Internacional de Turismo nos decía ayer que Melilla rezumaba potencial turístico, que el exotismo de su ubicación, junto con la belleza de su centro modernista y la importancia de su recinto histórico-artístico, eran un reclamo de primer orden para traer visitantes. Ella se sentía encantada por lo que había visto y, además, se mostraba convencida de que los peninsulares vendrán en cuanto el coste de los vuelos o del barco sean todo lo asequible que Melilla necesita.
Ese nuevo horario del aeropuerto abre una puerta a la esperanza y supone otro pasito adelante, otro mimbre con el que contar para construir el cesto.