Han disfrutado de unas más que merecidas vacaciones, como todo quisqui. Bueno, algunos integrantes menos vacaciones porque estuvieron en los dos festejos taurinos de altura, interpretando pasodobles bajo los toques del presidente de la agrupación, Sergio Rincón. Pero hoy vuelven con todo su esplendor a la Parroquia de la Purísima Concepción para cantar y hacer música en honor a la Virgen de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Perpetua de Melilla, todo ello bajo la dirección de un músico ambicioso, Jordi Enric Herman Alapont, que –diría un flamenco- se emplea a fondo con todos los palos y, además, sale perfecto.
Hoy, Melilla está de gala porque todos los componentes de la Orquesta Sinfónica, Banda de Música y Coros ‘Ciudad de Melilla’ van a reunirse en el templo más antiguo de la ciudad para, en la Misa de la Coronación, intercalar piezas de Mozart con intervenciones solistas de María del Carmen Gálvez Casado, Teresa Huici Castilla y Juan Carlos Ramírez Ramos, un grupo solista de auténtico lujo como lo vienen demostrando al frente de la agrupación que preside Rincón y en cuantas comparecencias artísticas son requeridos. A María del Carmen y a Juan Carlos ya los conocíamos felizmente pero la Huici nos dejó pasmados en su magistral interpretación en el último musical de Bombalurina, ‘Mamma Mía’.
La Patrona puede o no coincidir con las fechas feriales y el debate está más que servido, pero ese es otro tema que afecta poco a las mujeres y hombres de Herman Alapont porque ellos, con Feria o sin Feria, jamás fallan. Sus puestas en escena nada tienen que ver con monotonías o repeticiones. Cada ocasión –y la de hoy es una de las más importantes del año- está previamente diseñada, sus temas no se ajustan a regla alguna sino a la inspiración y selección del director. Y sea cual sea el proyecto, los recursos humanos jamás fallan. Herman ha sabido definir y aprovechar la calidad –acaso perdida en otros tiempos- de su grupo de artistas. Y lo hace en el templo, en la plaza y en el Parque, donde haya menester.
¿Puede Melilla presumir de música de altura?. Pues, indudablemente sí, de forma categórica. Por ellos, lo que la Consejería de Cultura –la Ciudad Autónoma, vaya- hace llegar a las arcas de la agrupación musical no puede considerarse, jamás, como gasto sino como inversión en un proyecto de arte que crece y sigue creciendo. Hoy lo veremos en la Iglesia de Melilla la Vieja y muy pronto en el programa de conciertos que preparan los responsables de la institución.
Y, aviso para navegantes. La asociación musical cuenta sólo con un limitado número de profesores profesionales. El resto –mucha juventud, por cierto- constituye una especie de voluntariado musical que también crece, como la orquesta, la banda y el coro, un coro que ha recuperado voces melillenses digamos veteranas que han encontrado, bajo la dirección de María del Carmen, una segunda oportunidad para invertir en ocio y en vocación, su vocación musical.