Ocho docentes, a la calle, si la UGR no aprueba la promoción interna

Siete son de la Facultad de Educación y uno de Enfermería, siendo el colectivo de Profesor Ayudante Doctor uno de los afectados por la eliminación de la oferta pública de empleo.

La inestabilidad laboral llega a las universidades de toda España y afecta también al Campus de Melilla. La supresión de la Oferta Pública de Empleo (OPE) tanto a nivel estatal como de la Junta de Andalucía ha puesto en peligro a más de 500 docentes de las universidades andaluzas. En Melilla, ocho puestos de trabajo están pendientes. En concreto, se trata de los docentes que tienen el títuto de Profesor Ayudante Doctor, que en Melilla dependen de la Universidad de Granada (UGR). Desde este colectivo se afirma que si la UGR no permite a estos docentes la promoción interna, se irán a la calle tras cinco años de duro trabajo, tanto en las aulas como en la investigación académica.
Los ocho profesores que están en esta situación de inestabilidad laboral en Melilla informaron ayer de que el decreto ley que se publicó en enero de 2012, en el que se prohíbe la convocatoria de OPE, pone en peligro sus puestos de trabajo. Aseguran que “hacer una desafortunada interpretación de este decreto ley” paraliza la promoción de este profesorado “a pesar de que este derecho se recoja en el convenio laboral del colectivo”.
La petición de estos docentes es que se consideren sus casos como promoción interna, un aspecto que sí permitiría el real decreto y por lo tanto, no estaría en contra de la normativa actual. Además, aseguran que pasar de ser un Profesor Ayudante Doctor a ser Profesor Contratado Doctor supone dar estabilidad laboral a los docentes que llevan años trabajando por la excelencia investigadora.

Una situación compleja

El Profesorado Ayudante Doctor para acceder a este puesto concursa en las plazas que las universidades ofertan según sus necesidades. Estos profesionales, además de tener el grado de doctor, deben contar con una acreditación de una agencia de evaluación externa. Una vez superado un concurso público y estando en posesión de la correspondiente acreditación,  el profesor universitario disfruta, en calidad de Profesor Ayudante Doctor, de un contrato laboral temporal por parte de la universidad. Este contrato tiene una duración de cinco años durante los cuales debe acreditarse para pasar al siguiente escalón, el de Profesor Contratado Doctor.
Este colectivo insiste en que no se trata de una nueva contratación, sino de una estabilización de un profesorado que lleva una  trayectoria trabajando por la excelencia docente de su universidad y que ha sido previamente evaluado por agentes externos a las mismas.
Se calcula que en tres años, estarán en la calle unas 500 personas en Andalucía que durante cinco años han estado trabajando muy duro por sus universidades.
Los ochos docentes afectados de Melilla destacaron que son ellos los que tienen mayor carga docente y los que más proyectos de investigación desarrollan, ya que tienen que acreditar en cinco años todos los méritos posibles para continuar con su carrera profesional.
Este colectivo indicó que en otras universidades, como en Murcia y Salamanca, han optado por adaptar su normativa y designar este cambio para los docentes como una promoción interna.
La UGR tiene previsto celebrar mañana un Consejo de Gobierno. Estos docentes esperan que en esta reunión se acuerde alguna solución para los docentes Ayudante Doctor. Así, se quejan de que la UGR espere hasta el último año para iniciar la promoción de estos docentes.
Por último, indicaron que esperan poder pasar a Profesor Contratado Doctor, una vez que tengan todas las acreditaciones.

Menos calidad Los profesores Ayudante Doctor muestran su queja porque las universidades no aclaran su situación laboral. Este colectivo asegura que habrá una merma en la calidad de la enseñanza sin sus aportaciones. Sin ellos, serán los docentes de contrato indefinido los que tengan que asumir más clases, aunque este grupo también está desbordado de trabajo Sin investigadores Este colectivo de docentes llevan una gran parte de la carga de investigación de las universidades. Pero con su marcha de estas instituciones no sólo se dejan de lado estas aportaciones, sino que el resto de profesores no podrá investigar porque se les va a aumentar las horas de clase. Aseguran que más que un ahorro en gastos superfluos es “un ahorro en la calidad de las enseñanzas universitarias”