A Laila de 26 años le sorprende el impacto que ha tenido su historia, que fue publicada el pasado viernes en el El Faro. Esta joven, que vive con sus tres hijos en un piso del que podría ser desahuciada por impago, recibirá una ayuda de emergencia de entre 400 y 500 euros. Así, lo indicó ayer el Consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura. Una buena noticia que, sin embargo, deja a Laila un sabor agridulce. Asegura estar “muy agradecida” porque le hayan concedido dicha subvención, pero lamenta que con esta acción, las instituciones se “cuelguen una medalla” que, a su juicio, no les corresponde. “Sé que no te dan la ayuda por la cara, pero tampoco te lo ponen fácil”, manifesta.
Laila explica que ha pasado más de un mes y medio desde que solicitó apoyo económico en Bienestar Social y que ha tenido afrontar un sinfín de trámites burocráticos “redundantes y eternos”. Una gestión, que le ha costado mucho tiempo y “enfrentamientos” con los trabajadores sociales. Laila se anticipa antes de que le lluevan las críticas y puntualiza: “Soy consciente de que hay que esforzarse para conseguir algo, pero te ponen muchas trabas. Además, en ocasiones te miran mal, se creen que eres mejor que tú o simplemente no muestran mucho interés en querer ayudarte”, explica.
Cuantía
Esta madre, de tres niños pequeños, cuenta que espera poder contar pronto con los 500 euros que había solicitado. “La ayuda de emergencia está dotada con 900 euros. Normalmente, te la suelen dividir en tres mensualidades, pero debido a mi situación de emergencia, pedí que pagasen 500 euros de entrada”, señala.
Laila insiste en estar contenta por recibir una cuantía económica que le podría ayudar a saldar algunas deudas pendientes. En este sentido, indica que no quiere generalizar y espera que sus declaraciones no sean malinterpretadas. “No todos son iguales”, explica. Esta joven quiere destacar la labor de Cáritas, que según cuenta, le han ayudado en todo momento. “Si han dejado de hacerlo es porque su convenio de colaboración con la Consejería de Bienestar Social había finalizado”, cuenta.
A pesar de recibir la ayuda de emergencia la Administración, Laila aún no ve la luz al final del túnel. Debe un total de cinco mensualidades y el pasado mes, la dueña del piso en el que actualmente vive asistió a los tribunales para iniciar un posible desahucio. “Independentemente de tener o no los 500 euros, me van a echar de la casa”, lamenta. “No tengo dinero para pagar todo lo que debo”, dice.
Nuevo piso
Laila indica que necesita una dotación económica mayor para buscar un nuevo piso y poder hacer frente a los costes que un cambio de vivienda conllevan. “Me van a pedir una entrada, la fianza y los gastos de la inmobiliaria” apunta.
En lo que al Ingreso melillense de Integración (IMI) se refiere, la joven teme que no se lo concederán. “Lo he solicitado muchas veces, pero siempre me dicen que no cumplo los requisitos”, dice.
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