El terror aún recorre el cuerpo de Maisa da Rocha, una joven brasileña de 23 años que la noche del pasado domingo vivió una pesadilla: ser detenida por la policía por un crimen que no cometió. Su único "delito": ser pelirroja y vivir cerca de la escena de un supuesto intento de secuestro.
Todo comenzó días antes, cuando una abuela denunció que una mujer delgada y pelirroja había intentado raptar a su nieto en un parque de Oviedo. La descripción coincidía con esta brasileña, quien fue detenida por la policía cuando en la noche del domingo paseaba por la zona con su novio.
"Al principio pensé que sería un error, que se aclararía rápido", relata la víctima. "Pero las horas pasaban y la situación se agravaba. No podía creer que me acusaran de algo tan terrible que ni siquiera había ocurrido", añade.
Según declaró, la angustia y la impotencia de verse envuelta en este caso del que nada tenía que ver, no solo le provocó la pérdida de su libertad sino también de su dignidad.
Una gran confusión
Finalmente, después de 72 horas, la investigación reveló que el supuesto secuestro nunca existió. La verdadera pelirroja era una chica de 15 años que reconoció haber estado en el parque y haber cogido al niño para llevarlo con sus amigos, que se encontraban a escasos dos metros de distancia, cuando jugaba en el parque infantil de la Plaza Juan Pablo II del barrio ovetense.
La abuela al ver la escena se asustó y se levantó del banco en el que estaba sentada dirigiéndose hacia la adolescente para recriminarle la situación.
Este caso pone de manifiesto los peligros de la discriminación y el sesgo en las investigaciones. La joven se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la injusticia y exige una respuesta por parte de las autoridades.
Esta situación injusta ha tenido consecuencias negativas para Maisa, quien perdió su trabajo y se vio marcada por las acusaciones infundadas en su barrio. Ahora, busca recuperar su vida normal y dejar atrás este episodio traumático.