El Gobierno de Melilla de considera “una aberración” las declaraciones realizadas por la ultraderechista francesa Marie Le Pen, presidenta del partido galo Frente Nacional,
quien afirmó el pasado martes que la solución a los problemas migratorios de la ciudad autónoma pasan por quitar a los inmigrantes servicios como la sanidad pública, la escolarización de sus hijos o las ayudas sociales. El vicepresidente autonómico, Miguel Marín, señaló en la jornada de ayer a los medios de comunicación que “cada uno tiene su forma de entender este problema”, aunque el Ejecutivo local no comparte la postura de Le Pen. Parafraseando al presidente Juan José Imbroda, Marín subrayó que no están en contra de los inmigrantes, sino de las entradas por vía irregular y de las mafias que se enriquecen traficando con seres humanos.
En este sentido, el número dos de la Ciudad Autónoma subrayó que la intención de Melilla es evitar que se sigan produciendo entradas masivas de manera ilegal, tanto a través del vallado fronterizo como vía marítima. No obstante, una vez que el inmigrantes accede a territorio español “hay que ayudarle en todo lo que sea posible”.
El vicepresidente autonómico destacó que la ciudad “es ejemplo de convivencia” y que los melillenses “ya han dado muestras de más que suficientes de sensibilidad hacia los inmigrantes”. Marín insistió en que hay que centrarse en evitar que lleguen a suelo europeo, aunque reseñó que una vez que han entrado “no pueden ser desatendidos”.
Además, reiteró que la intención del Ejecutivo local es que la Unión Europea (UE) se implique más en esta problemática y actúe más en los países de origen de estas personas, para así evitar “salidas masivas” de sus habitantes en dirección a Melilla y Ceuta.
“Los inmigrantes tienen todo nuestro apoyo, hay que tratarlos como los seres humanos que son”, defendió el número dos del Gobierno local. “Debemos dar ejemplo de civismo y cuidarlos como personas. Lo que manifestado Le Pen es una aberración”, aseveró.
“Mandar una señal”
Hay que recordar que la manifestaciones de Marie Le Pen se producen justo en la misma semana en la que su partido, Frente Nacional, ha registrado sus mejores resultados de la historia en la primera vuelta de las municipales francesas, en la que se ha consolidad como la tercera fuera política del país, con un 4,5% de los votos.
El pasado lunes, a preguntas de los medios de comunicación, afirmó que pondría punto y final a un problema como el de Melilla lanzando “una señal a los inmigrantes que diga que no tenemos nada que ofrecerles”.
En este sentido, la dirigente francesa abogó por “no escolarizar a sus hijos, no pagarles el médico, ni darles ayudas sociales”, algo que el Ejecutivo autonómico considera “una aberración”.
El Gobierno de la Ciudad no fue el único que salió al paso de las declaraciones de Marie Le Pen. El principal grupo de la oposición, Coalición por Melilla (CpM), también criticó las declaraciones realizadas por la utraderechista francesa.