El consejero de Fomento, Miguel Marín, se refirió a las declaraciones del presidente de Baleària, Adolfo Utor, sobre el contrato marítimo.
Para Miguel Marín, las manifestaciones de Utor ponen de relieve que “el contrato marítimo no le gusta a nadie. No le gustan a los operadores marítimos a las compañías marítimas, ni a los ciudadanos porque insisto es un contrato que a pesar de que el Gobierno central ponga ocho millones de euros más vamos a tener que pagar billetes más caros, tendremos menos rotaciones y se da un margen a la compañía marítima para que los meses de verano pueda estipular el precio que le dé la gana a los no residentes. Esto es un auténtico despropósito que el Gobierno de España debe resolver porque es un despropósito del Gobierno de España”.
Respecto a la imposibilidad de que el barco Rusadir pudiese optar a la oferta, el consejero reiteró que “este contrato es aún más inexplicable cuando el mejor barco que ahora mismo puede navegar en el Mediterráneo es el Rusadir, de Baleària. No entendemos que no se pueda presentar al concurso porque las características lo impiden o dificultan que la compañía presente esta opción”. Mejor empezar de nuevo Para Miguel Marín, lo mejor que podría suceder en torno a este tormenta es que “se empiece de nuevo. Hay recursos que se han presentado en contra del pliego de condiciones. Lo mejor es que este contrato desaparezca y se elabore uno acorde a las necesidades de los melillenses. No es justo que unos viajeros hagan la ruta en un barco menor de cinco años y otros en barcos de veinticinco años de antigüedad”.
El consejero mostró su enfado con las condiciones del Gobierno central, echando en falta que “no se haya tenido en cuenta ni al Gobierno, ni a los melillenses”.
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