Este sábado se organizó una visita al barrio del Real dentro del programa ‘Explora’, una idea puesta en marcha por Oxígeno Laboratorio Cultural en colaboración con la Ciudad Autónoma de Melilla. El guía José Oña fue el encargado de coordinar esta actividad, en la que participó un grupo de treinta personas, tanto de Melilla como de otros puntos de la península. La ruta se prolongó durante una hora y media. Antes de iniciar el recorrido, que partió desde el Mercado del Real a las 10:30 horas, hablamos con Oña sobre el contenido de esta visita a una de las zonas más emblemáticas de la ciudad. “Es la tercera ocasión en la organizamos esta visita al Real dentro del programa ‘Explora’. Es cierto que vienen muchas personas de Melilla, pero también de fuera. Ya se sabe que en casa de herrero, cuchillo de palo. Suele pasar que algunas personas que son del Real van a descubrir muchas curiosidades. Este espacio fue como un pueblo fuera de la ciudad de Melilla, ya que el barrio, en sus inicios, estaba separado, digamos, del resto. Es una ampliación del barrio del Industrial, pero como la vía férrea discurría justo frente al Mercado Real, estaba un poco separado”. El barrio del Real nació a principios del siglo XX, “era un barrio para personas de clase trabajadora que vinieron a crear la ciudad de Melilla. Eran todas casitas bajas. Algunos copiaban la arquitectura modernista del centro de la ciudad. En el Real trabajaron muchísimos arquitectos, entre ellos, Enrique Nieto y Nieto, Emilio Alzugaray o Luis García Alix, creador del Teatro Perelló. De los más de cien elementos modernistas, que contabilicé en este barrio, actualmente apenas llegan a los diez. Muchos se han perdido, desgraciadamente”, explicó José Oña. En esta zona, además, pueden contemplarse muchas construcciones de planta baja, tal y como nos comentó Oña, “aquí existen casas con escalones y puertas originales de 1910 que son una maravilla. Lo que vamos a hacer es recorrer el Barrio del Real, indicando algunos elementos arquitectónicos importantes y recordando cómo eran algunos comercios”. El recorrido se inició frente al Mercado Real, obra de Enrique Nieto, “vamos a reivindicar nuevamente esta obra, un lugar precioso que se podría utilizar para muchas cosas como, por ejemplo, para albergar un centro comercial”, dijo Oña. Posteriormente, los participantes se dirigieron hacia la iglesia de San Agustín, que también forma parte del Ensanche Modernista donde les esperaba el párroco de San Agustín, Víctor Hugo, quien fue el encargado de explicarles, una a una, las imágenes que alberga el templo. Tras contemplar esta iglesia, José Oña se dirigió hacia la mitad del barrio para llegar a un bloque de edificios de estilo modernista, “una parte de este edificio ya ha sido reformada y está preciosa, la segunda parte está a punto de caerse y vamos a poner empeño para que se remodele”. Sin lugar a dudas, la Ciudad Autónoma de Melilla es un auténtico museo al aire libre, emblema del movimiento modernista. Un conjunto de joyas arquitectónicas de diferentes estilos y épocas que han logrado cautivar al viajero.
Menos museos, y más trabajo. Y dejaos ya de chorradas .