Esta vez el tiempo no impidió que se realizase la ceremonia de entrega de las Medallas de Oro de la Ciudad de Melilla, el máximo galardón y reconocimiento que ofrece la Ciudad Autónoma. En esta ocasión, debido al contexto en que ha tocado vivir en 2020 de crisis sanitaria del COVID-19, Melilla ha querido rendir homenaje a aquellos ciudadanos que han trabajado incansablemente en la primera línea de batalla, al todo el personal de las instituciones sanitarias. Pero también, fue una oportunidad para rendir homenaje a la memoria histórica de la ciudad y de España, en concreto a la vida y la historia de los Leret O'Neil, con la entrega de la Medalla de Oro a Carlota Leret O'Neill, hija del comandante republicano Virgilio Leret, ejecutado en 1936, y de la escritora Carlota O'Neill, recluida en el Fuerte Victoria Grande cuatro años hasta su exilio posterior a Venezuela. Fue una ceremonia solemne y emotiva, a la que acudieron decenas de personas, entre ellas las máximas autoridades de la Ciudad Autónoma, con todos los miembros, que componen la Asamblea de Melilla; la Delegación del Gobierno junto a las autoridades sanitarias, y militares y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Dentro de las medidas protocolarías que requerían el momento de entrega de estas medallas y el homenaje a las víctimas, se mantuvieron todas las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias, como el control de aforo, las distancias de seguridad, el uso obligatorio de mascarillas y el acompañamiento de las azafatas hasta el asiento correspondiente para las personas que asistieron. A priori la ceremonia estaba marcada por la pandemia, y como ya era sabido, una de las Medallas de Oro la ha recibido el personal de la comunidad sanitaria, a todos y cada uno de los trabajadores que conforman la cadena del ámbito sanitario, desde médicos, enfermeros, celadores, limpiadores, personal de hostelería, de seguridad, etc., ya sea del hospital Comarcal, los centros de salud, el 061 o los centros sociosanitarios. En nombre de todos ellos Francisco Sánchez recogió la Medalla de Oro y ofreció unas palabras de agradecimiento, aunque también se acordó de los enfermos y familiares. "Se avecinan tiempos recios, difíciles, de sacrificio, pero estoy convencido de que todos vamos a dar lo mejor de nosotros", expresó Sánchez. Por otro lado, la consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño, dedicó unas palabras a Carlota Leret O’Neill, quien no pudo venir a Melilla para recoger su Medalla de Oro, debido a que se encuentra en Caracas, Venezuela, y el país está ahora confinado. Puso de manifiesto el valor de la memoria histórica y expresó que ya era hora de que la democracia española y las generaciones vivas de ahora disfrutan de ella "honren y recuperen para siempre a todas las personas que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos periodos de nuestra historia. Y desde luego, a quienes perdieron la vida o a quienes perdieron a su familia", expresó la consejera. Quien recogió el reconocimiento en nombre de Carlota Leret O'Neill fue Enrique Delgado, un amigo muy próximo a la familia. Leyó una carta de la propia Carlita dirigida a las autoridades melillenses expresando su gratitud. "Mi único mérito es haber luchado por reivindicar la memoria de Virgilio y Carlota, que no hicieron daño a nadie y que si algo hicieron fue defender la libertad y la República", decía en la carta. Espera poder volver a Melilla en algún momento para recoger personalmente la medalla. Es la segunda mujer que recibe este reconocimiento de la Ciudad de Melilla.
Anteponer la salud a todo lo demás
El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo De Castro, comenzó su discurso mostrando sus palabras de sincero agradecimiento al esfuerzo y a la abnegación de quienes han estado y continúan estado en la primera línea de lucha contra el COVID-19 desde que comenzó la pandemia. Un reconocimiento que quisieron conjugar con la conmemoración de los 523 años de historia de Melilla como ciudad española y con el reconocimiento a Carlota Leret O'Neill, a su historia y a la vida de sus padres. En su intervención comentó que hacía un año aproximadamente los miembros del actual Gobierno afrontaban esta nueva legislatura con el reto "de ser conscientes de sus diferencias e implacables con quienes pretendían hacer del caos un modelo de sociedad". Dijo que "para algunos la batalla partidista está por encima de lo que importa ahora: la batalla epidemiológica y la salud de los melillenses" pero tras el convulso año que ha tocado vivir a Melilla tanto en lo político como en los últimos meses con la crisis sanitaria de la pandemia, el mandatario local desea a la unidad frente las últimas adversidades. "¿Qué más tiene que ocurrirnos para que nos demos cuenta de que, como decía Juan Rulfo, 'o nos salvamos unidos, o nos hundimos por separado'?", se preguntó. De Castro señaló los enfrentamientos políticos de entonces, los cuales siguen dándose en la actualidad y lo hacen en mitad de una pandemia "desconocida en el mundo entero". Cuando todo es "una carrera constante contra el tiempo pero con el compromiso sincero de superar esta pandemia, más allá de siglas políticas e intereses partidistas; anteponiendo la salud a todo lo demás", expresó. Recordó a las víctimas mortales que ha dejado el virus, la última se la cobró esa misma noche cuando se realizaba esta ceremonia, y dijo que todo esto "tiene que hacernos recapacitar a todos". "El COVID-19 nos ha enseñado que no podemos bajar la guardia ni un solo minuto e insisto, porque así lo siento, en esto no caben luchas partidistas", aseveró. Para el presidente de la Ciudad "la guerra contra ese virus se va a ganar, aunque no sabemos nadie, ni médicos, ni científicos, cuándo", pero lo que está claro es que será "luchando juntos, sumando y no dividendo, ayudando y no restando". Por ello, sostuvo que hay que apelar a la responsabilidad individual para garantizar la seguridad colectiva. Finalmente se ha realizó un acto de entrega floral por parte de todos los presentes en homenaje a las víctimas del COVID-19.