Este jueves 19 de octubre se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama, el tumor más diagnosticado en todo el mundo. Esta fecha pretende sensibilizar a la población poniendo su atención en la importancia de la detección precoz, a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia. El Faro ha hablado con el facultativo especialista en Oncología Eduardo Alberto Triguboff Ginsberg sobre la prevalencia de este tipo de cáncer en Melilla, la importancia de la detectarlo en estadios iniciales y los factores de riesgo de esta enfermedad.
En Melilla, los cribados comienzan a realizarse un poco antes que en el resto de autonomías. Según ha explicado Triguboff, en la ciudad autónoma las mujeres empiezan a realizarse diagnósticos a los 45 años, cinco años antes que en otras regiones, aunque se espera que a partir del próximo año se adelante a los 40 años.
De forma anual, el Ingesa realiza campañas dentro de su Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama, que va dirigido a mujeres de entre 45 y 69 años y que se realiza mediante exploración radiológica, más conocida como mamografía y que se debe repetir cada dos años.
Durante los seis primeros meses de este año 2023, en la ciudad autónoma se han detectado 16 nuevos casos de cáncer de mama, según ha apuntado el facultativo especialista en Oncología. En los años de la pandemia fueron 64 los tumores detectados, 27 durante el año 2020 y 37 en 2021.
A pesar de estos datos, desde el Ingesa informaron el año pasado con motivo de este día que los objetivos de cribado no se estaban cumpliendo. Es más durante los diez primeros meses de 2020, no se llegó al 20 de participación y en 2021 solo logró alcanzar al 30,02% de las mujeres melillenses.
Mejoras en el pronóstico
"La historia natural del cáncer de mama ha cambiado muchísimo. Es decir, hay que tener en cuenta que desde que aparece la primera célula tumoral hasta que el tumor es palpable, hasta que la mujer se hace una auto palpación y se toca el tumor, pueden pasar por lo menos cuatro años. Todos estos adelantos permiten que nos estemos adelantando a la historia natural de la enfermedad".
El doctor explica que el cáncer de mama ha cambiado muchísimo a lo largo de la historia hasta hoy día. No la enfermedad en sí sino los pacientes y la medicina. Asegura Triguboff que las mujeres en la actualidad ante cualquier nódulo que se palpen o cualquier duda que tengan, acuden rápidamente a consulta, lo que permite que se le gane tiempo a la enfermedad si es diagnosticada de forma precoz.
En estos momentos, según aclara el oncólogo, el pronóstico de posibilidad de curación sobrepasa el 85% de los casos, casi llegando al 90%, lo que significa que de 100 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, 90 continúan con vida. Un porcentaje mucho mayor del que había en España hace 40 años, cuando apenas llegaba al 40%. Desde los años 80 se han realizado importantes avances en el tratamiento del cáncer de mama con terapias eficaces basadas en cirugía, radioterapia y farmacoterapia.
La detección precoz es la clave, Eduardo Triguboff explica que algunos de los síntomas que pueden causar la alerta de un posible tumor es la detección de un nódulo, la inversión del pezón, diferencias anormales entre las dos mamas, el cambio de color de una mama, que se torna hacia un color anaranjado. "Hay que tener en cuenta que por el solo hecho de ser mujer, hay mayor predisposición a tener un cáncer de mama", subraya.
No solo las mujeres sufren entre tipo de cáncer sino que los hombres también pueden padecerlo aunque en una menor proporción. Tal y como señala el doctor, una de cada ocho mujeres sufrirán un cáncer de mama a lo largo de su vida en contraposición de los hombres, que solo uno de cada cien, lo hará.
Factores de riesgo
Además del género, existen otros factores que se relacionan con una mayor posibilidad de padecer esta enfermedad. Entre ellos, Triguboff apunta la edad. Al vivir más, hay más posibilidades de desarrollar un cáncer de mama. Tener una primera menstruación temprana y una menopausia tardía también puede producir la activación de un cáncer de mama debido a que la mujer está expuesta durante más tiempo a las hormonas femeninas, al igual que el uso de anticonceptivos hormonales.
Junto a ellos, se relacionan los malos hábitos de vida como el tabaquismo, el sedentarismo o la herencia familiar aunque el doctor destaca que los factores genéticos son mínimos.