Melilla ha perdido en poco más de un mesa la presencia de una aerolínea y de una naviera. En concreto, la ciudad ya no cuenta con los servicios que prestaban ambas compañías y los melillenses sufren las consecuencias de una reducción de la oferta.
Los transportes en Melilla son una prioridad para el desarrollo de la ciudad. Cada vez que se pierde un servicio, las oportunidades competitivas de la localidad se reducen, como se reduce la calidad de vida de sus ciudadanos.
La situación geográfica de la ciudad es particular, solo Ceuta y las islas pueden compararse con el hándicap que tiene Melilla. Así lo explicaba también este viernes el presidente de los empresarios melillenses, Enrique Alcoba, que señalaba la desventaja que tiene la ciudad respecto al resto de zonas de España. Por eso, es imperativo que se compense desde el Estado el obstáculo que supone la distancia que separa Melilla del resto del territorio nacional.
Cada gobierno que llega a la Moncloa dice que está concienciado y sensibilizado con las necesidades de conexión de Melilla, pero lo cierto es que las mejoras son pocas y lentas. Y muchas veces se da un paso adelante y dos atrás.
Los melillenses necesitan que las rutas, aéreas y marítimas, con la península sean económicas, regulares y cómodas, como también los necesita el tejido empresarial local y el turismo.
Mientras no se cierre un compromiso a largo plazo, que establezca unas rutas adecuadas para el futuro de Melilla, la ciudad seguirá con una mano atada a la espalda a la hora de competir con otras zonas.
Ni Melilla, ni los melillenses, pueden estar viviendo con la incertidumbre que genera viajar desde o a la ciudad, como tampoco pueden hacerlo los visitantes.
Es preciso que de una vez por todas los viajes en Melilla dejen de ser un asunto de conversación habitual entre los ciudanos y para ello debe darse a los melillenses unos servicios equiparables a los que disfrutan el resto de los españoles en el país.