Se inicia hoy en Melilla, a partir de las diez de la mañana, el I Congreso Internacional de Startups, una apuesta muy importante para dar a conocer a la ciudad como posible destino de inversiones para la creación e implantación de empresas de base tecnológica, una de las líneas estratégicas que el Gobierno local quiere desarrollar como puntal del nuevo modelo productivo que garantice el futuro de los melillenses. Es una iniciativa de alto nivel, no exenta de riesgos, que pretende situar a Melilla en la industria digital, algo bastante difícil de alcanzar, si bien la ciudad parte con una ventaja importante: sus beneficios fiscales y económicos para todo aquel que quiera establecerse a este lado de España. A juzgar por los datos que ha venido ofreciendo últimamente el consejero de Innovación Tecnológica, Miguel Marín, Melilla va a reunir a un número muy interesante no solo de países, sino también de fondos de inversión interesados en buscar lugares donde rentabilizar su dinero, organizaciones, instituciones e institutos relacionados con estas startups, que están en la primera línea del ámbito mundial en esto de las nuevas tecnologías. De las conclusiones que puedan obtenerse de este primer congreso dependerán muchas cosas. Una de ellas, la capacidad melillense para acoger eventos de estas características y amplitud. Se cuenta con el mayor recinto cerrado que existe en la ciudad, como es el caso de las instalaciones del Teatro Kursaal, donde también podrán estar todos los interesados locales en estos asuntos, que no serán pocos. Otra de las cosas que se podrá evaluar es la calidad de los ponentes, su capacidad de influencia en lo digital, sin contar con lo más importante que será, lógicamente, la rentabilidad que Melilla puede o no obtener de este encuentro de profesionales, que conocerán in situ la ciudad, sus potencialidades, todo lo que puede ofrecer a quienes se planteen implantarse aquí y, por supuesto, cómo poder beneficiarse fiscal y económicamente de nuestro régimen especial. Al fin y al cabo, hablamos de empresas y las empresas lo que se plantean es el rédito que puedan obtener de la inversión que realicen. Eso es así. Lo que hay que hacer es motivarlas a hacer números, a que muevan la balanza de pros y contras, que encuentren en Melilla un lugar de acogimiento amable y favorable que les ofrezca los mejores servicios y ahí es donde entran en juego otros muchos detalles como una buena conectividad (garantizada a través del cable submarino), transportes, seguridad jurídica y otros asuntos no menores, como la sanidad. Pero ahora lo primero es que este I Congreso Internacional de Startups reúna a las empresas, profesionales, fondos de inversión e instituciones y asociaciones que los organizadores están vendiendo. El Faro tiene constancia de la presencia hoy en este evento, por ejemplo, de Salvador Molina, presidente del Foro Ecofin y del Cluster Madrid Capital Sintec. Melillense de nacimiento, Molina fue en su momento presidente de Telemadrid. Las jornadas de este congreso son muy intensas. Además, contemplan espacios networking en el ecosistema startup, donde se reúnen de un modo más informal inversores y emprendedores. También se facilitan reuniones bilaterales entre negocios y estos dos últimos aspectos del evento podrían convertirse en lo esencial de la organización porque supone poner en contacto a las dos partes fundamentales para el desarrollo del sector: los que tienen el dinero y quienes aportan la idea a desarrollar.