El buque Seabourn Ovation ha traído este martes a 554 pasajeros y 407 tripulantes a la ciudad autónoma. Se trata del segundo crucero que llega a Melilla en unos días tras el Riviera de Oceanía, que atracó en la ciudad el pasado jueves.
Algunos de los turistas, como la británica Christa, han ensalzado la belleza de la ciudad, que combina aspectos modernos con otros medievales. “Es muy especial”, ha afirmado esta psicóloga, quien ha indicado que “la belleza es buena para el alma, porque te hace sentir feliz”. Además, a ella le gustan la arquitectura, el diseño, la música, la poesía, “cualquier cosa que sea bella”. “Especialmente cuando eres terapista y ves muchas dificultades, necesitas la belleza para equilibrar”, ha explicado. Además, según ha dicho, la ciudad ofrece “un dos por el precio de uno”, ya que combina el arte moderno con el medieval del Pueblo. Su marido, Richard, ha asegurado que llevan toda la mañana haciendo fotografías a los edificios y que se lo están “pasando muy bien”.
Y, aunque hay pasajeros de países como Argentina, Reino Unido, Australia, Bélgica, Canadá o Polonia, la mayoría de ellos son estadounidenses. Algunos, como la californiana Carol, estaban realmente encantados con el arte de la ciudad y la amabilidad de los melillenses. “La gente nos habla y nos sonríe; estamos muy impresionados”, ha manifestado. En su opinión, “los árboles, las flores y los edificios son realmente especiales”. Entre sus planes, dar un paseo con su parido y, quizás, hacer alguna compra, porque, según ha dicho, “nunca se sabe”.
Desde Nuevo México, Gregorio y Patricia han asegurado que “el tiempo es muy agradable y el centro, muy bonito”. Además, muchas cosas les recuerdan a Santa Fé, su localidad de residencia en los Estados Unidos, ya que también es bastante antigua, unos 400 años, pues fue fundada en 1607, por obra del colono español Juan Martínez de Montoya. Según han comentado, es la tercera o cuarta vez que hacen un viaje que incluye el continente africano.
Para Steve y Evelyn, de Atlanta, en cambio, se trata de la primera vez que hacen un viaje por la zona, pero la ciudad les está gustando. Según han dicho, tenían la idea de visitar Melilla la Vieja después de la visita guiada para explicarles la arquitectura, la historia o la religión de la ciudad.
Sobre este aspecto, desde la plaza de España, y también siguiendo la ruta con guía, Jeff ha asegurado que Melilla “es un buen ejemplo de cómo diferentes religiones pueden convivir integradas”, lo que, según él, supone “un modelo para el resto del mudo”. A Jeff lo acompaña, desde Florida, su mujer Diane.
Del mismo lugar provienen John y Alice, para quienes la zona “tiene un potencial increíble, especialmente por su “bonita arquitectura”.
Por lo que ha podido saber El Faro, por el momento estos cruceros no están dejando demasiado dinero en la ciudad, ya que, además de hacerse pocas compras, casi todos los pasajeros comen a bordo del barco.
El crucero, que salió de Barcelona el sábado pasado, se detuvo antes de llegar a Melilla en Valencia y Cartagena. Tras partir de la ciudad autónoma esta tarde a las seis, se dirigirá a Tánger y Casablanca, para concluir su viaje en Lisboa a finales de semana.
Los cruceros volverán en el mes de julio. Para el día 24 está prevista la llegada del Sojourn de Seabourn, del mismo grupo Holland America/Carnival. Y luego ya será en septiembre cuando entre otro buque de estas características. En esa ocasión será el día 25 con otro crucero de idéntica marca.