Hemos pasado todo el viernes preguntando por el Sistema de Entradas y Salidas de la Unión Europea, que anunció este jueves el jefe superior de Policía, Francisco Rodríguez, informándonos de un cambio en el control fronterizo que modificaría por completo el perfil de los marroquíes que podrían acceder a la ciudad y además controlaría a rajatabla que salieran a diario sin poder pernoctar de extranjis.
Aplicar el Sistema de Entradas y Salidas de la UE en Melilla significa, ni más ni menos, que controlar a todo el que entra y sale de la ciudad. En caso de que alguien no salga, el sistema genera una alarma que verán aquí en España y en el pueblo más recóndito de la frontera belga.
En teoría este sistema debería ponerse en marcha en Melilla antes del 22 de mayo porque, según fuentes policiales, esa es la fecha en la que tendría que estar funcionando el Sistema de Entrada y Salida de la UE (SES) en las fronteras exteriores del espacio Schengen.
La pregunta del millón no es sólo si ¿somos o no somos? sino también si ¿estamos o no estamos? Desde Delegación del Gobierno nos confirmaron ayer que somos territorio Schengen, con la exención de visado para Nador.
Sin embargo, a efectos prácticos, de control fronterizo, a veces no lo somos. Si facturas una maleta en avión a Málaga, el equipaje sale por la cinta de recogida de los pasajeros de territorio “No Schengen”. Entiendo que se debe a que no formamos parte de la Unión Aduanera y nuestra carga es entendida como mercancía.
Por el contrario, si viajas sin equipaje, sales por donde salen los alemanes o los franceses. En fin, es un detallito que evidentemente nos mete la duda en el cuerpo y por eso hemos preguntado en Bruselas si para aplicar el Sistema de Entrada y Salida de la UE es necesario formar parte de la Unión Aduanera. Me han dicho con una amabilidad a la que no estoy acostumbrada, que me contestarán en un plazo máximo de 15 días.
Digamos que en estos momentos es difícil saber si esa norma europea que obliga a que antes del 22 de mayo todas las fronteras exteriores de la Unión estén controladas por el SES (Sistema de Entrada y Salida) nos afecta en Melilla.
Nos quedó claro que en mayo Europa sacó la cara por nosotros frente a Marruecos, cuando el conflicto con Ceuta Sin aspavientos, pero sin encogerse, la UE nos vino a decir, como mínimo, que no estamos solos. Entiendo que esto es Europa, aunque con excepciones.
¿Qué pasaría si, en efecto, somos territorio Schengen, como afirman desde la Delegación del Gobierno? Pues que nuestra frontera debería adaptarse al sistema de control europeo en u plazo máximo de siete meses.
No sabemos a ciencia cierta si ese sistema de control de entradas y salidas es lo mismo que la frontera inteligente o si son dos proyectos distintos que convergen. Nadie nos lo supo explicar por lo que intuyo que tampoco lo saben.
Sí nos han dicho desde Delegación que aprovechando el cierre fronterizo se han estado ejecutando mejoras en la frontera de Beni Enzar, pero nada que ver con la inversión de entre 6 y 7 millones de euros que se dijo en 2016 que costaría la frontera inteligente que íbamos a estrenar en 2017.
No sé si lo recordaréis, pero aquí en 2016 vino Ignacio Cosidó, el entonces director general de la Policía Nacional del Gobierno de Mariano Rajoy, que en estos días no sale de los titulares porque Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de la Junta de Castilla y León, lo nombró asesor de su Gobierno con un sueldo por encima de los 55.000 euros al año hasta que hace unos días su nombre empezó a sonar como posible implicado en la Operación Kitchen.
En fin, que Cosidó vino aquí a Melilla y nos vendió la historia de que la frontera inteligente iba a estar funcionando en 2017. Cuatro años después, ni está, ni se le espera.
Hace unos años, España hizo esfuerzos por identificar a todos los marroquíes que entraban a Melilla a través de un sistema de tarjetas magnéticas. Pero aquello fracasó porque a Marruecos no le gustó que tuviéramos una base de datos excepcional.
De eso va el Sistema de Entrada y Salida de la Unión Europea: de crear un sistema compartido con las huellas dactilares de todos los ciudadanos de terceros países que accedan a territorio Schengen.
El jefe superior de la Policía ya avanzó que el proyecto está en tramitación administrativa. Los sindicatos no saben nada. En Interior no contestaron y en Delegación del Gobierno tampoco aportaron mucho sobre el tema. Esto, como dice Jesús Ruiz Barranco, de SUP, “va para largo”.
Concluyendo, creo que sería muy bueno para Melilla que podamos controlar quién entra a la ciudad, a qué hora y por dónde sale. Los comercios, bares y restaurantes necesitan al consumidor marroquí. Las empresas, a los transfronterizos. Los hogares, a las empleadas domésticas…Si el sistema echa a andar y funciona bien, entonces cada vez será más difícil que alguien se quede de manera irregular. Todos queremos lo mismo una frontera segura, pero también ágil. Y lo más importante:¡abierta!
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