La UD Melilla despide el año de la mejor manera posible: regalando una victoria a su afición. Los azulinos encadenan dos triunfos consecutivos tras cinco jornadas sin saborear las mieles del triunfo. Y lo que es mejor, parece que el equipo vuelve a recuperar a futbolistas que parecían perdido para la causa. No es que el partido fuera bueno -el terreno de juego tampoco ayuda a ello- pero los primeros veinte minutos del equipo unionista fueron muy completos. Nando y Nacho Aznar pudieron desnivelar la contienda antes de que Alí Diakité hiciera subir el 1-0 al electrónico con un zurdazo poco ortodoxo desde la frontal del área. El costamarfileño sigue dando la razón a cuantos reclamaban su presencia desde la grada, y no solo en cuanto a la faceta defensiva. Por su parte Pepe y Sufian siguen creciendo en proporción a la confianza que reciben desde el banquillo y cada vez se acercan más a los futbolistas que son y que tan bien conocen los aficionados melillenses.
La UD Melilla salió mucho más enchufada que el Córdoba B, que cuando quiso entrar en el choque ya estaba en desventaja en el marcador. No se había cumplido el minuto cuatro de juego cuando Rubén Sánchez protagonizó una gran jugada individual y desde la misma línea de fondo dibujó el pase de la muerte sobre Nando, pero el centrocampista sevillano envió la pelota por encima del larguero con el portero ya batido.
Los azulinos estaban siendo mucho mejores que los blanquiverdes (ayer de amarillo) y al filo del minuto diez Nacho Aznar estuvo a punto de aprovechar un pase desde la banda derecha de Pepe. El '9' unionista se anticipaba a Marc Vito y llegaba antes al cuero, pero un defensor evitaba el gol despejando en última instancia.
El gol se veía llegar y lo hacía en la jugada menos esperada. Un centro al área era despejado por la defensa califal y la pelota caía en los dominios de Alí Diakité, quien enganchaba un zurdazo desde la corona del área que acababa con la pelota en el fondo de las mallas tras golpear en el palo izquierdo de la portería andaluza.
Y lo que es el fútbol. Tras el gol, la escuadra cordobesa daba un paso al frente y se hacía con la posesión de la pelota aunque el juego desplegado por los de Carlos Losada resultaba totalmente estéril y sin profundidad. Dani Barrio, hasta el descanso, fue meramente un espectador mientras que Sebas Moyano se veía obligado a abandonar el terreno de juego lesionado. Tras el paso por los vestuarios el panorama cambió. De inicio pareció que los locales tomarían de nuevo las riendas del juego, pero fue un espejismo. El Córdoba B estiró líneas y comenzó a acercarse con más intención a las inmediaciones del área norteafricana.
David Vera protagonizó el primer disparo a puerta de los cordobeses cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos desde la reanudación. El blanquiverde conectó un lanzamiento desde la frontal al que Dani Barrio respondió con una estirada para enviar a saque de esquina y, tras el lanzamiento desde el banderín de córner, el asturiano tuvo que volver a emplearse a fondo para evitar el tanto del empate al despejar con el pié un remate de Moha Traoré totalmente solo en el segundo palo.
Apenas cinco minutos después, en el 50, Vera volvía a protagonizar una acción individual que finalizaba con un disparo desde la frontal que se marchaba alto. Y en la siguiente aproximación al área el filial blanquiverde conseguiría establecer la igualada en el electrónico. Pablo Vázquez enviaba un pase desde la línea de retaguardia a la espalda de la defensa local y Quiles se plantaba ante Dani Barrio al que batía de perfecta vaselina aprovechando que el meta local se encontraba adelantado.
David Moreno volvió a llevar la inquietud a la grada en una acción por banda izquierda en la que, algo escorado, disparó al lateral de la red. La réplica no tardó en llegar. Nando surtió de un balón de oro a Santi Luque pero el exterior malagueño se empachó de balón y eligió disparar en lugar de pasar sobre Sufian que acompañó la jugada. El esférico se marchó fuera.
Y cuando parecía que el marcador no volvería a moverse llegaba la polémica jugada en el área visitante en la que el colegiado madrileño Moreno Aragón señalaba el punto de penalti y mostraba la segunda amarilla a Quiles, por lo que el filial blanquiverde tuvo que afrontar los diez últimos minutos de partido en inferioridad numérica. Tras un saque de banda el delantero del Córdoba B derribó a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria, según reflejó el trencilla en el acta al término del partido. Santi Luque, engañando al portero, se encargó de colocar el 2-1 en el marcador que a la postre resultó definitivo.
Los visitantes se lanzaron al ataque en busca de recuperar el punto perdido, pero lo hicieron más con el corazón que con la cabeza. Por su parte los locales tiraron de manual para conseguir sumar tres puntos que colocan al equipo azulino más cerca de la zona de privilegio que de la de descenso.
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