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Un estudio de la UGR analiza que las estudiantes tienen menos autoestima que los alumnos
Las Jornadas Multidisciplinares sobre Violencia de Género ‘Sumamos compromisos’ continuaron ayer con una conferencia de la secretaria de la Facultad de Educación del Campus de Melilla, responsable del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación y coordinadora de la Comisión de Igualdad del centro, Lucía Herrera Torres, que abordó un estudio inicial que han realizado en nuestra ciudad a jóvenes universitarios de unos 20 años.
Destacó que lo que más les ha llamado la atención es que “las universitarias que sufren determinados episodios de violencia de género con cierta frecuencia en su pareja son más tolerantes con los malos tratos que otros estudiantes que no viven esas situaciones con sus novios y que, por lo tanto, las rechazan sin excepción”.
Esta idea se ha recogido en un libro que se ha publicado a nivel internacional en el que se analizan distintas conductas de violencia en universidades europeas, subrayó Herrera Torres.
Esta experta explicó que lo que hicieron en el Campus de Melilla fue analizar el bienestar psicológico, el autoconcepto y la actitud de violencia en las relaciones de pareja de alumnos y se han aportado diferencias a ese estudio internacional en función del género y grupo cultural de los estudiantes.
Herrera Torres señaló que si se analiza el “autoconcepto académico” en las chicas es más alto que en los chicos. En cambio, son los estudiantes varones los que tienen más autoestima que las alumnas.
Por ello, indicó que la primera conclusión es que hay que trabajar en el aspecto emocional de las estudiantes, no desde la universidad, sino mucho antes, porque esa autoestima está vinculada a aspectos educativos, culturales y también familiares.
El grupo cultural
Por otro lado, el estudio también recogió diferencias en relación a los grupos culturales cuando analizan el bienestar que sienten con su pareja.
“El grupo amazight presenta un bienestar en la relación de pareja más bajo que el grupo europeo y eso implica que posiblemente debe ampliarse el estudio, ya que este fue exploratorio, para ver si se trata de patrones familiares o culturales los que llevan a diferencias”, añadió.
Herrera Torres indicó que aunque estos encuestados tengan 20 años se les considera adolescentes porque ya en los manuales de psicología evolutiva se recoge que esta etapa de la vida comienza antes y se retrasa más.
Esta experta de la UGR comentó que la aportación que realizó el Campus de Melilla fue precisamente aprovechar la riqueza cultural y social de la ciudad para dar ese dato al estudio.
Actitudes llamativas
Al margen de este asunto, Herrera Torres resaltó que fue ver en las aulas ciertas conductas y actitudes que no son habituales, como hablarse de malos modos, la imposición de una persona sobre otra o el control del móvil, lo que les llevó a realizar este estudio. Insistió en que se trata de un análisis inicial que debe ampliarse.