Hace a penas unos días que finalizó la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un encuentro de jóvenes cristianos que ha logrado congregar a más de un millón y medio de personas de diferentes nacionalidades en su encuentro con el Papa. Este 2023 ha tenido lugar entre los días 1 y 6 de agosto en Lisboa (Portugal).
“La experiencia ha sido inolvidable. Algo que tienes que vivir una vez en la vida, seas cristiano de mucha fe o no”, relata la melillense, que aún está digiriendo todo lo que ha vivido durante estos días. Desde luego María recomienda vivir la experiencia a todos aquellos que estén pasando por una crisis de fe. “Allí ves a Cristo en persona a través del Papa y de otros jóvenes cristianos que cuentan su experiencia”.
El viaje hasta llegar a Lisboa fue largo. El grupo de jóvenes de la Parroquia de San Francisco Javier salieron el jueves 3 de agosto por la noche en barco hasta Málaga y desde allí cogieron un autobús rumbo a Portugal. “Estábamos muertos del viaje, así que las primeras dos horas de autobús nos las pasamos durmiendo y ya luego nos preparamos y nos pusimos una oración”.
Cada día de las jornadas, tal y como relata María, estaba dedicada a conocer la vida de un santo. El patrón de Lisboa, el de Portugal o cualquier otro que el Papa hubiera considerado que los jóvenes tuvieran que aprender más sobre ellos.
“Al entrar en Lisboa no hacía ni falta rezar porque al ver banderas de todos los países o a los jóvenes andando hasta el encuentro ya fuera con el Papa, los organizadores del camino o el grupo itinerante, Padre Mario o Ascensión Romero, ya tenías sensación de que te ibas a encontrar a Cristo sí o sí”.
El rezo y la convivencia han sido la tónica general durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Tanto es así que el grupo melillense ha podido compartir la experiencia con otros grupos del Camino Neocatecumenal de Granada o de Cartagena. Junto a ellos han convivido en la misma residencia o han asistido a varios de los encuentros que se han organizado durante estos días. “Nos ha ayudado a tener más comunión e intercambiar experiencias con otras personas que profesan la fe al igual que nosotros”, señala.
Para María este evento le ha servido para descubrir que más allá de la comunidad de creyentes que pertenecen al Camino Neocatecumenal presente en Melilla, fuera de nuestras fronteras hay muchos más cristianos que viven de la misma manera su fe.
Durante estos días de unión y fe han asistido a distintos encuentros. Entre ellos el que tuvieron con Kiko Argüello, iniciador del Camino, en el que la presencia de españoles era notable. Según cuenta María, de los más de 75.000 asistentes, gran parte de ellos procedían de distintas partes de España. La presencia de Melilla también ha estado representada en los más de 80 jóvenes melillenses que estuvieron en Lisboa.
Este encuentro con Kiko Argüelles, cuenta, se suele hacer en todas las jornadas de la juventud, siempre que se puede, y es una reunión vocacional en la que se piden vocaciones a los chicos para unirse al seminario, formar parte del equipo itinerante o de las misiones y a las chicas para ingresar en los conventos y también para ir de misión. En esta ocasión de todos los jóvenes que dieron un paso al frente, cinco de ellos fueron melillenses. En concreto, tres chicos y una chica.
Pero si hubo un momento importante y muy esperado para ellos fue el encuentro con el Papa Francisco, del que no olvidarán una frase. “No tengáis miedo a procesar vuestra fe”. Estas palabras, explica María, la llevarán siempre consigo, ya que en determinadas ocasiones, confiesa, se han sentido cohibidos por mostrarse tal y como son por miedo a que la sociedad los señale o los rechace por vivir la fe de la forma en la que lo hacen.
“Estamos cien por cien seguros de que esas palabras venían de Dios y estaban iluminadas por él para que nos la dijeran a todos los jóvenes. Era Dios a través de su boca”, afirma la joven.
Otro de los momentos que destaca María es la noche de la vigilia en el altar del Campo de Gracia, donde se expusieron los símbolos de las jornadas. "Había un millón y medio de jóvenes, arrodillados los que podían, y en silencio. No se escuchaba nada", cuenta.
Precisamente el comportamiento de los jóvenes cristianos es lo que más alaba esta melillense, que resalta que no hubo que lamentar ningún incidente o disturbio y destaca que los servicios de emergencias solo tuvieron que intervenir en casos en los que a alguna persona le había dado un mareo. Así, aclara que eran los mismos jóvenes los que ayudaban a crear pasillos para que las ambulancias pudieran circular a través de las aglomeraciones con facilidad. “No hubo disturbios, no te encontrabas restos de copas o botellines tirados por el suelo”.
Finalizadas las jornadas, los jóvenes melillenses emprendieron su camino de vuelta a casa, haciendo un parón el parque temático de Isla Mágica (Sevilla), donde también se encontraron a otros asistentes a la JMJ. “Ha sobrepasado mis expectativas a todos los niveles”, recalca María.
La próxima JMJ se celebrará en Seúl (Corea del Sur) en 2027, tal y como anunció el Papa Francisco en las jornadas, pero antes, en el año 2025 hay una nueva cita en el calendario de los jóvenes cristianos. En dos años tendrá lugar en Roma el Jubileo.
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