María Carmona es una joven sevillana de 22 años que ha pasado 15 días en Melilla ayudando a las monjas de María Inmaculada en sus colonias urbanas. Durante estas dos últimas semanas, dejó Polinia, donde se encuentra de Erasmus por su grado de Relaciones Internacionales de la Universidad Loyola Andalucía, para repetir por segundo año consecutivo su experiencia con los niños que participan en el campamento de verano en Monte María Cristina. Carmona ofreció una breve entrevista a El Faro en la que explicó su experiencia en la ciudad.
–¿Qué le motivó a repetir su colaboración con las monjas de María Inmaculada?
–El año pasado me lo pasé muy bien. Es cierto que he hecho más voluntariado en otros sitios, pero me llama mucho la atención el contraste que hay en Melilla. Me sorprendió mucho la diferencia que hay entre el centro de la ciudad y la periferia. Además, me dieron muy buena acogida y aprendí mucho.
–¿Qué actividades hace en Monte María Cristina?
–Por la mañana colaboro en la guardería, en la que atendemos a 17 niños de entre tres y cinco años. Jugamos, cantamos y nos divertimos en la ludoteca del Monte. Muchos de estos niños son de familias con dificultades económicas y en riesgo de exclusión social. Por la tarde participo como profesora en las clases de castellano para inmigrantes. En su mayoría son subsaharianos del CETI. Hay días en los que vienen siete personas, otras veces 15. Depende bastante porque van y vienen del centro. También participo en las actividades de colonias urbanas con los niños más mayores, hasta los 12 años.
–¿Qué proyectos tiene para el futuro?
–Hoy finalizo mi estancia en Melilla y regreso a Polonia, donde estoy haciendo mi Erasmus para acabar mi Trabajo Final de Grado (TFG). Quiero centrarme en este proyecto, que debo entregar en enero, y cuyo tema principal es sobre migraciones. Me centro sobre todo en las políticas de migraciones y en las alianzas de los países. Supongo que de alguna manera incluiré Melilla en mi trabajo por su relación también con Marruecos, donde se nota mucho más el contraste al cruzar de un lado al otro de la frontera.