Melilla registró ayer la 98ª muerte por coronavirus desde que se desató la pandemia hace más de una año. En esta ocasión, la víctima ha sido un hombre, de 30 años, que se encontraba ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y que no había sido vacunado.
Pese al descenso de casos graves provocados por el virus, la realidad es que este sigue infectando, actualmente hay 251 casos activos en la ciudad, y que la vacuna es un buena herramienta para evitar los efectos más graves de la enfermedad.
El lamentable suceso de ayer debe servir para recordarnos que la pandemia aún no ha terminado y que seguimos siendo vulnerables.
El virus continúa entre nosotros y la variante delta, que es actualmente la predominante, ha demostrado que se propaga con mayor virulencia. Además, el aumento de la movilidad y la relajación de las medidas de protección hacen que el contagio sea más probable.
La vacuna es el único arma efectivo con el que contamos para protegernos, por eso es importante que la mayor parte posible de la población esté inmunizada. Todos aquellos que aún no han participado en la campaña de vacunación deberían reflexionar al respecto y colaborar en el esfuerzo común de alcanzar la inmunidad de grupo.
El coronavirus no ha desaparecido, sigue contagiándose y desgraciadamente sigue siendo mortal. Protejámonos a nosotros mismos y a los que nos rodean.