El responsable de Prodein afirma que a los refugiados se les pide esta cantidad sin excepción.
Después de conocer el contenido del informe publicado esta semana por una voluntaria de la plataforma de ONGs europea Migreurop, el presidente de la asociación Pro Derechos Humanos de Melilla (Prodein), José Palazón, dijo que es “vox populi” el ‘peaje’ que las familias sirias deben pagar al otro lado de la frontera de Melilla para poder acceder a la ciudad, ya sea con sus documentos o con otros ‘comprados’ en el país vecino y poder así pedir asilo en la oficina de Beni Enzar. El activista melillense explicó ayer a El Faro de Melilla que se pide entre 2.000 y 3.000 euros a los sirios sin excepción, ya vengan solos o acompañados de sus mujeres, hijos y otros familiares.
Palazón explica que en los últimos meses, ese ‘peaje’ que los refugiados pagan a “intermediarios” marroquíes había bajado, pero la ‘tarifa’ ha vuelto a subir. Esta situación no es nueva, apunta el responsable de Prodein y pone de ejemplo que hace unos meses entraban a diario por la frontera medio centenar de refugiados y ahora lo hacen entre 20 y 25. “Ahí se ve que la tarifa ha subido”, apostilla.
En Ceuta no hay sirios
Este verano la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) reclamó al Gobierno central que se habilitara el consulado de España en Nador para que los inmigrantes de origen subsahariano pudieran solicitar asilo, dado que no pueden acceder a la oficina instalada en Beni Enzar porque las autoridades fronterizas marroquíes se lo impiden.
Palazón apuntó, además, el hecho de que en la ciudad autónoma de Ceuta no se haya registrado ninguna petición de asilo por parte de refugiados sirios. El responsable de Prodein sostiene que este hecho viene provocado por un “acuerdo no oficial” por el que las autoridades marroquíes están desviando todo el “tránsito de inmigrantes” y refugiados a la frontera con Melilla.
Además, Palazón lamenta que España reciba de la Unión Europea “millones de euros” para políticas de inmigración y asilo “para luego tenerlos en el CETI. España y Hungría son la vergüenza de Europa”, consideró.