La mayoría de las personas que acuden a la ONG tiene problemas de documentación.
Cáritas Interparroquial de Melilla publicó en la jornada de ayer su Memoria del año 2010, en la cual se aprecia que los principales problemas que presentaron las personas que solicitaron la ayuda de la ONG el pasado año estaban relacionados con la falta de recursos económicos, la desestructuración familiar y la falta de documentación.
En palabras dirigidas a los medios de comunicación, la presidenta de Cáritas en Melilla, Pilar Illázquez, subrayó que este último problema, el de la indocumentación, era especialmente peculiar, pues muchas personas provenientes de Marruecos requirieron los servicios de la ONG al no poder asistir a la Consejería de Bienestar Social por no contar con la documentación exigida. Según detalló, esta cuestión afectaba al 14% de los que pidieron ayuda la ONG durante el 2010.
En lo que se refiere a la respuesta que proporcionó Cáritas a estos problemas, en el 75% de los casos se concedieron recursos alimenticios, mientras que en el 56% se dio otro tipo de suministros. Por último, se ofreció información y asesoramiento al 43,3% de los usuarios.
Durante el 2010, Cáritas atendió a 794 personas en su programa de acogida e intervención social, 400 más que durante el 2009. De éstas, había 556 mujeres y 238 varones. El 90% eran inmigrantes. Aunque esta es la iniciativa que beneficia a mayor número de personas, Illázquez remarcó que también se desarrolló un programa de intervención dirigido a personas en riesgo de exclusión social, en colaboración con la Ciudad Autónoma, gracias al cual se pudo acoger a 104 personas, todas ellas inmigrantes.
También se desarrollaron durante el 2010 programas de erradicación de la pobreza, para facilitar el acceso a Internet, colonias urbanas y actividades de sensibilización.
En cuanto a las familias atendidas, Illázquez concretó que la mayor parte de ellas eran monoparentales, existiendo un alto porcentaje de mujeres afectadas, en concreto el 75% de los atendidos. De este porcentaje, el 30,6% eran mujeres inmigrantes.
Entre las familias atendidas, tan sólo mejoró su situación un 6,66%, mientras que 80,28% llevaba solicitando ayuda a la ONG desde hace más de un año. El resto, el 13,08%, comenzó a hacerlo durante el 2010.
Los números demuestran que la crisis continúa haciendo estragos en Melilla, donde la demanda de servicios sociales no ha parado de incrementarse durante los últimos años, como señaló Illázquez.
También intervino ante los medios de comunicación locales el vicario episcopal de la Ciudad Autónoma, Juan Manuel Barreiro, quien remarcó que aunque un amplio porcentaje de las personas que solicitaron ayuda se encontraban sin recursos económicos a causa del paro, tan sólo un 12,45 de ellas pidieron apoyo para encontrar un puesto de trabajo.
En opinión de Barreiro, hay que profundizar más en la labor educativa que se desarrolla entre los colectivos más necesitados de la Ciudad Autónoma, pues se crea una dinámica de solicitar ayudas sin buscar un puesto de trabajo, o cualquier otro recurso, que pueda poner punto y final a esa situación de desamparo sin requerir más servicios sociales.
Muestra de ello, es que el 80,28% de las familias atendidas por Cáritas durante el 2010 llevan recibiendo ayuda desde hace más de un año, y tan sólo un 6,66% han logrado mejorar su situación económica y social.
Para finalizar, el vicario episcopal recordó a los medios de comunicación que la Iglesia “es pura expresión de la caridad” y que aunque la Memoria de Cáritas estuviera repleta de cifras y porcentajes, había que recordar que cada número representaba a una persona necesitada o a un voluntario que había participado en los programas de la ONG.
La Memoria de Cáritas recoge que la ONG cerró el 2010 con un déficit de 4.347 euros. No obstante, a preguntas de los periodistas, Illázquez consideró que en casos como éste los números rojos eran algo positivo, pues demostraban que se había invertido todo el dinero recibido y más.
En concreto, Cáritas registró unos ingresos de 216.523 euros, pero sus gastos fueron de 220.870 euros, arrojando así un balance negativo de 4.347 euros.
Así, recordó que la ONG puede funcionar gracias a los donativos y a los convenios de colaboración firmados con la Administración central y la local. No obstante, señaló que en la mayor parte de las ocasiones, las ayudas económicas recibidas sólo sirven para sufragar el 70% de las iniciativas de la ONG.