Aunque el Veranillo de San Miguel se está alargando más de la cuenta y superando las altas temperaturas que en esta época del año corresponden, pasar el fin de semana junto a amigos y familiares en los Pinares de Rostrogordo de la ciudad es uno de los planes favoritos de los melillenses en la entrada de la estación otoñal. Aún con mucho calor, las familias aprovechan para hacer quedadas en esta zona de la ciudad para comer, pasar el rato disfrutando de la naturaleza o celebrar junto a los más allegados fiestas de cumpleaños.
El Faro visitó esta zona de la Ciudad Autónoma de Melilla para conocer los hábitos más comunes que tienen los ciudadanos de la ciudad durante los fines de semanas con la entrada de la nueva estación otoñal. Son muchos los que pos costumbre vienen hacia Los Pinos para disfrutar de las tradicionales moragas, hacer picnic o venir con sus amigos y sus hijos para que disfruten de la naturaleza que brinda los pinares.
Esther ha cumplido recientemente sus 23 años y junto a sus amigos han venido hasta Los Pinos para celebrar su día especial en esta zona de Melilla.
“Hoy hemos venido todos juntos a celebrar mis 23 años. La verdad que este sitio lo hemos elegido porque podemos disfrutar de la naturaleza al aire libre y es un lugar que nos gusta mucho visitar para pasar el día diferente a la rutina que solemos tener”, explicó la cumpleañera melillense.
Yusef también es de los que optan pasar el día en los pinares para “despejarse” de la rutina semanal y aprovechar los buenos días que están haciendo para “disfrutar de la naturaleza” y “empezar la semana más relajado”.
“Siendo fin de semana también apetece relajarse de vez en cuando y este sitio es el lugar ideal para venir y desconectar de lo que supone la rutina de trabajo”, subrayó el melillense.
Las melillenses más pequeñas también disfrutan de los pinares cuando sus padres les acercan a esta zona por “todo el espacio amplio que tienen para jugar”.
A Drikra lo que más le gusta es jugar con las mariquitas con sus amigas y Aleeyah explica a este medio que se lo pasa “muy bien porque se ponen todas juntas a jugar con los animalillos de los pinares”.
Un poco menos niña, Antonia es una vecina de la ciudad que apunta a que Los pinos ofrece “un espacio abierto” que le permite “estar en contacto con la naturaleza durante todo el tiempo que pasa en Los Pinares de Rostrogordo.
Hay quienes también han acudido por primera vez a este recinto rodeado de naturaleza. Cordobesa y estudiante en el Campus de Melilla, Gema ha quedado sorprendida por el amplio espacio de naturaleza que le permite “alejarte del ruido que hay en el centro de la ciudad”.
“Es la primera vez que vengo a los pinares porque me han traído mis compañeros de la carrera y he quedado sorprendida por tener en Melilla la oportunidad de un espacio de naturaleza que te permite hacer planes diferentes los fines de semana”, aclaró la ciudadana.
Las tradicionales moragas también tiene su hueco en los pinares entre las familias.
El Faro ha sido testigo de ello en su visita y son muchos los melillenses que con sus pequeñas barbacoas hacen los pinchitos morunos, carnes y hamburguesas.
“Hombre hacer moragas en los pinares es tradición entre nuestras quedadas porque es como el pilar fundamental en estas reuniones que hacemos de vez en cuando entre colegas”, afirmó Jose, un vecino melillense.