No tiene ningún sentido pretender que un juez cambie una ley, aunque dicha norma sea manifiestamente injusta a criterio de quien busque el auxilio de la Justicia.
De hecho, los propios jueces también están sometidos y deben someterse a los dictados del legislador con independencia de que los consideren más o menos justos. La separación de poderes establece unos límites muy claros que impiden, por ejemplo, que un recurso ante la Junta Electoral de Zona prospere cuando el motivo de la queja no contraviene ninguna ley. Y por lo tanto, por el mismo motivo tampoco tendrá ninguna posibilidad de éxito cuando se plantee la misma cuestión ante la Junta Electoral Central ni ante la Justicia ordinaria por la vía contencioso-administrativa. Los sobres y papeletas dentro de una determinada gana de sepia están autorizados por la ley y en consecuencia la distinta tonalidad no es motivo para invalidar votos ni para ordenar la repetición de unas elecciones.
Está muy claro para quien quiera entenderlo. Sólo ofrece dudas para quien pretende ‘malutilizar’ las posibilidades y garantías que ofrece nuestro sistema jurídico con el único fin de marcar los tiempos políticos.
En el plano legislativo, quizá sí sea necesario un debate sobre la conveniencia de reducir al mínimo la diferencia en el aspecto exterior de los sobres utilizados en las elecciones para eliminar cualquier suspicacia. Por lo tanto, ese debate debe trasladarse al Congreso de los Diputados y al Senado, donde esa cuestión tiene alguna posibilidad de ser tenida en cuenta. Llevar ese asunto a la JEZ, a la JEC o a la justicia ordinaria sólo son ganas de crear más dudas sobre la limpieza de unas elecciones que las generadas por las diferencias en la tonalidad del color de los propios sobres y papeletas.
Todos los municipios de nuestro país contarán con su alcalde el próximo sábado y en Melilla no existe ningún motivo para que también no sea así. No lo hubo hace cuatro años, cuando la formación de Gobierno se retrasó semanas, y no lo hay ahora, cuando la única pretensión de CpM es que se quite validez a unos 300 votos que no variarían en nada el resultado final en escaños. Ésa es al menos la intención del principal partido de la oposición expresada por Mustafa Aberchán, su máximo dirigente.
No tiene sentido plantear esa cuestión ante un juez, que no tiene posibilidad de darle solución. Como tampoco tiene sentido que Aberchán deje aparcado el asunto y no intente hacer llegar sus planteamientos al Congreso de los Diputados si realmente considera que el color de los sobres que es tan trascendental.
En cualquier caso, por encima del debate político o de las pugnas judiciales, está el interés de los melillenses, que siempre deberíamos ser el centro de la preocupación de nuestros representantes políticos.