Los equipos de la LEB han comenzado a mover sus plantillas con vistas al inicio de la pretemporada. Los fichajes y las renovaciones son la nota predominantes en éstos días donde ya todos los conjunros han formalizado su inscrpción en la LEB Oro.
Úriz destacó la temporada pasada en el MyWigo Valladolid, finalizando la temporada con los excelentes promedios de 10'4 puntos, 3'4 rebotes y 5'6 asistencias por encuentro, números que demuestran su gran talento.
El base navarro posee una buena trayectoria en la liga, habiendo disputado ya 5 temporadas en la segunda categoría nacional, jugando en Fundación Adepal Alcázar, Basket Navarra, CB Clavijo y la pasada temporada en el MyWigo Valladolid con el que culminó un gran año.
Sin duda alguna se trata de una incorporación importante para el ambicioso proyecto del club mallorquín de la próxima temporada, añadiendo un jugador capaz de aportar en todas las facetas del juego. Uriz es un base de mucha calidad, con una excelente visión de juego y con buena capacidad para anotar si el equipo lo requiere; juega muy bien el pick'n roll y además es capaz de dirigir bien al equipo.
Mikel Uriz se suma a Adrián Méndez, Óscar Alvarado, Khalid Mutakabbir, Miquel Feliu, Richi Guillen y Carlos Poyatos como jugadores del Palma Air Europa 2014/2015.
Galarreta, único jugador junto con Borja Arévalo que ha disputado las cuatro temporadas del club en LEB Oro, seguirá así aportando su experiencia, calidad técnica y liderazgo en el equipo donde ejerce de capitán.
Alberto Ruiz de Galarreta (1983, Logroño, 1,91 metros) es uno de esos jugadores que no necesita presentación. Se trata de uno de los ‘clásicos’ de la LEB Oro, donde comenzó a jugar en el año 2003, para desarrollar una extensa carrera con escarceos en ACB incluidos, hasta su fichaje en 2011 por el nuevo proyecto del Clavijo que debuta en esta categoría. En Logroño ha firmado a lo largo de estos cuatro años sus mejores números como profesional, convirtiéndose en el máximo anotador de la historia del club en Oro y también el que más partidos ha disputado, con 1.230 puntos en 119 choques, con una media estable de 10,3 tantos por noche. En la pista ha seguido evolucionando cada año desde el rol de especialista en el tiro exterior hasta un perfil más completo, donde además de la fiabilidad anotadora y la personalidad para asumir los tiros decisivos, ha acentuado el sacrificio defensivo y el apoyo en labores de rebote, asistencia y otras facetas.
Con la salida de Juan Herrero hace dos años, asumió la capitanía del equipo, realzando el liderazgo que ejerce en la cancha y también en el vestuario, para terminar de convertirse en una de las señas propias de la personalidad del club en los últimos años y uno de los jugadores que más conecta con la grada a través de su pasión y su carácter. Su renovación ahora significa la continuidad en Logroño de mucho más que un jugador de baloncesto.