Los pensionistas melillenses se hacen cargo de sus familias con su paga, que no da para comprar alimentos frescos · Muchos enfermos crónicos piden a su médico que les recete fármacos más baratos.
Muchos pensionistas y jubilados se están haciendo cargo de sus familias con su pensión. Este dinero permite que hijos y nietos puedan sobrevivir día a día, pero en el caso de las pagas más pequeñas no es suficiente para garantizar una buena alimentación para todos. El endocrino Gilberto Pérez asegura que en los últimos ocho meses ha aumentado el número de consultas de personas mayores que tienen síntomas de desnutrición. Hasta un 30% han subido los casos que se detectan en las consultas de endocrinología de personas ancianas que tienen problemas de salud derivados de la falta de un consumo adecuado de alimentos. Pérez destacó a El Faro que cada vez son más las personas mayores que acuden a la consulta con una serie de síntomas relacionados con una dieta baja en proteínas, como por ejemplo, tener las piernas hinchadas. Explicó que al estudiar estos casos con las analíticas de sangre, se descubre que tienen pocas proteínas y eso se debe a que comen poca carne, pescados, huevos y otra serie de alimentos frescos como la verdura o la fruta. Son productos que están fuera del alcance de estas personas, que no se pueden permitir comer estos alimentos todos los días. Este endocrino indica que incluso llegan casos de personas diabéticas con los índices de glucosa en sangre muy bajos y que eso se debe a que comen menos hidratos de carbono de los que necesitan. Cuando se encuentran con este tipo de casos, intentan conocer lo mejor posible el contexto social que rodea a esta persona. En la mayoría de los pacientes, se trata de personas mayores que tienen a toda la familia a su cargo y que sólo cuentan con su pensión para alimentar a todos sus hijos y nietos. Pérez explicó que en más de una ocasión han contactado con Cáritas y con las parroquias a través de trabajadores del hospital que son voluntarios en estas entidades para enviar allí a estas personas desnutridas para que reciban alguna ayuda y que de esta forma mejore su alimentación. Este endocrino destacó que en muchas ocasiones estas personas no necesitan un tratamiento médico, sino alimentarse. Otro de los perfiles de desnutrición que detectan en las consultas de endocrinología son los de personas mayores que viven solas. Pérez aseguró que no basta con realizarles algunas recomendaciones, pues también a veces les receta complementos alimenticios que cubre la Seguridad Social para evitar que tengan más problemas de salud. Este experto en alimentación destacó que hasta la llegada de la crisis era muy difícil ver casos de desnutrición en las consultas médicas y que era uno de esos problemas que se debían solucionar en países poco desarrollados. Sin embargo, el desempleo está provocando que las familias tengan cada vez menos recursos y que Europa también tenga una población importante que no tiene nada para comer, apuntó. ¿Cuáles son las principales consecuencias de esta desnutrición? Este endocrino destacó a El Faro que para las personas mayores dejar de comer proteínas implica tener menor masa muscular y por lo tanto, que aumenten las posibilidades de sufrir una caída y que se provoquen una rotura de cadera o un traumatismo craneoencefálico. También malnutridos Pérez explicó que de forma paradójica en una misma persona se puede dar el caso de que le falten muchos nutrientes y vitaminas, es decir, que esté desnutrido, pero a la vez, que tenga sobrepeso por una malnutrición. Destacó que muchos componentes de las familias pobres tienen muchos kilos de más debido a que la mayor parte de las comidas precocinadas y de los alimentos que tienen hidratos de carbono de mala calidad son más baratos que el resto. Este endocrino destacó que la situación llega a ser tan dramática para algunas familias melillenses que se ha dado el caso de personas mayores y otros enfermos crónicos que le han pedido que les cambie la medicación a una que sea más barata. Pérez aseguró que muchas de estas personas tan sólo tienen que aportar dos euros o incluso menos por sus fármacos. Pero afirma en que ni si quiera este mínimo pago se pueden permitir estos pacientes.