Nuevo pleno, en esta ocasión extraordinario, por la urgencia derivada de los bonos turísticos y la Línea 8, que justificaban la urgencia del pleno.
Con los bonos turísticos como protagonistas, finalmente fueron aprobados con los votos a favor del Partido Popular y de Vox. Ambos partidos han justificado los cinco millones de inversión para los últimos cuatro meses del año porque consideran que fomentan tanto el turismo en primera instancia como, finalmente, la economía melillense, que es, al fin y al cabo, el propósito de la iniciativa. PSOE, CpM y Somos Melilla, en cambio, no se han mostrado tan de acuerdo, tanto porque consideran excesivos los cinco millones que se van a destinar como también por el hecho de que se hayan cogido 1,5 millones que estaban destinados inicialmente a políticas sociales.
En cambio, los otros dos asuntos sí han contado con los votos favorables de todos los presentes para su aprobación. El primero ha sido la llamada Línea 8 complementaria, con 6,2 millones de euros del remanente líquido de la tesorería de la Ciudad Autónoma que se unen a 1,8 millones de euros de los fondos propios de Promesa que anunció Donoso, para la ayuda a las empresas locales. Pese a la unanimidad en el voto, pudimos observar los típicos rifirrafes entre el Gobierno actual y el anterior. El primero criticó, por medio de Daniel Conesa, que sus antecesores habían tardado demasiado tiempo en conceder las ayudas, mientras que la anterior consejera de Hacienda, Dunia Almansouri, habló de la necesidad de cumplir los plazos administrativos y pidió al PP que no se pusiera todas las medallas ahora. El dirigente popular, sin embargo, elogió el tiempo récord en que las ayudas habían sido desplegadas desde la llegada de Esther Donoso a la presidencia de Promesa.
Hubo un tercer asunto en el que se se alcanzó también unanimidad, pero tampoco estuvo exento de polémica por ello: la modificación del reglamento de las dos VTC que hay en la ciudad para que deban ser llamadas a través de la aplicación, como sucede en el resto de España, y no por teléfono. Aquí, el diputado Rachid Bussian quiso aprovechar para poner en valor el trabajo de su compañero Hassan Mohatar con los taxis al frente de medio ambiente y defendió el color verde en las franjas de los taxis, que es algo que, según cree, no importa tanto para los ciudadanos. Pero, entonces, ¿para qué gastar dinero en cambiarles su color azul original?, le preguntó Quevedo.
Total, que parece imposible que en esta ciudad y en este país deje de haber disputas aun cuando las iniciativas cuenten con el respaldo de todos.