Le piden casi 4 años por llevar a un hombre a la parte trasera de un local y pegarle para robarle

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La Fiscalía de Melilla reclamó este jueves una pena de tres años y nueve meses de cárcel para un acusado de un delito de robo con violencia. Según exponía en su escrito acusatorio, el procesado, en compañía de otro individuo, abordó de forma sorpresiva a la víctima y lo condujo a la parte trasera de un local, donde recibió un puñetazo y le quitaron sus pertenencias.

Estos hechos supuestamente tuvieron lugar sobre las 2:20 horas del 24 de julio de 2011, en una pizzería en la calle General Villalba. Los mismos se enjuiciaron esta semana en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, donde solo se presentó uno de los encausados, ya que el otro ha sido declarado en rebeldía por la autoridad judicial.

Según la versión de la Fiscalía, el acusado y el otro individuo abordaron sorpresivamente a la víctima, llamando su atención con el pretexto de hacerle una pregunta. Así, siempre según la acusación, lo condujeron a la parte de atrás de una pizzería, donde le dieron un puñetazo y lo derribaron, de modo que le quitaron su teléfono y una cadena de oro, que eran las pertenencias que tenía de valor.

El procesado negó en el juicio tener participación alguna con estos hechos. Afirmó que no conocía de nada al denunciante y que no sabía por qué lo reconocieron como uno de los implicados. Según dijo, cree que el día de los hechos estuvo en Marruecos. Apuntó que él recibió una llamada de policías para que acudiera a comisaría y, cuando fue, lo detuvieron.

Por otro lado, declararon cuatro agentes de la Policía Nacional. Tenían problemas para recordar debido al paso del tiempo, ya que se trata de un suceso de 2011. Uno de ellos señaló que no recordaba si el encausado era la persona a la que identificó el denunciante, ni tampoco si llegaron a localizarle los objetos sustraidos.

Otro de los policías afirmó que el querellante reconoció fotográficamente al acusado como uno de los dos que participaron en el robo con agresión que sufrió.

La fiscal, además de reclamar una pena de tres años y nueve meses de prisión, solicitó que tuviera que cumplir seis días de localización permanente. La defensa, en cambio, pidió que su cliente fuese absuelto porque, a su parecer, no pudo probarse en el juicio su participación en los hechos.

La magistrada decidirá.