El acusado amenazó con matarlos si no les entregaba el dispositivo
El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de cuatro años de prisión para un hombre acusado de un delito de robo con violencia e intimidación. El inculpado agredió a dos menores en plena calle y robó el móvil a uno de ellos. Amenazó con matarlos si no les entregaba el dispositivo. Los hechos ocurrieron el pasado 19 de febrero de 2016 a las 21:00 horas cuando dos mellizos de 14 años volvían de un partido de fútbol y fueron agredidos por un hombre que, además, robó el móvil a uno de ellos. El inculpado negó los hechos y aseguró que él estaba en su domicilio viendo la televisión y que salió a la calle con su perro (un mastín) alertado por un ruido. “Vi a varios chicos tirando piedras a mi casa”, aseveró. A la pregunta de la fiscal de por qué había sido denunciado, contestó que “había chillado” a los jóvenes. Según el investigado, los dos menores no iban solos, sino que su hogar estaba siendo dañado por “una multitud”. “Intenté alcanzarlos, pero salieron corriendo y no lo logré”, apuntó. Víctimas Uno de los menores pidió durante su declaración que el inculpado “contase la verdad”. Acorde con su testimonio, el hombre le causó una herida en la oreja con “un palo de madera” y le robó el móvil a su hermano aparte de pegarle una patada en sus partes. “Nos amenazó diciendo que si no le dábamos el móvil nos iba a matar”, dijo. Además, añadió que ni su hermano ni él conocían al acusado. “No lo habíamos visto antes”, apuntó. La otra víctima contó que el investigado “rajó la oreja” de su hermano con “una especie de ladrillo” y que le robó el móvil que llevaba en la mano. El padre de los gemelos declaró que se enteró de los hechos a través de una vecina que le llamó para contarle lo ocurrido. “Me llamó una vecina contándome que mis hijos han sido objeto de un robo en la calle que está entre la gasolinera y la comandancia”, apuntó. “Me dijo que no me preocupase porque ya sabían quién era el culpable”, continuó. Médico forense Durante el juicio, testificó también un médico forense. El profesional indicó que el acusado padece un trastorno, pero que en el momento en el que fue explorado, no detectaron un fallo en sus capacidades. De este modo, no pudo afirmar si durante la agresión a los menores sufrió un trastorno psicótico. “Desconozco si en ese momento tenía anuladas sus facultades”, apuntó. La defensa apela a la presunción de inocencia de su cliente, argumentando que uno de los hermanos declaró que el objeto usado para atacarles fue “un palo de madera”, y el otro, sin embargo, manifestó que fue con “una especie de ladrillo”. La fiscal mantuvo la pena solicitada: cuatro años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación.